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Música

Los Discos del Mes: Belle and Sebastian, Iggy Pop, John Cale, dani…

El nuevo álbum de los escoceses vuelve a situarlos en primera línea del pop. Además: Iggy Pop, John Cale, Billy Nomates, James Yorkston y dani

B&S// Anna Isola Crolla
Segundo de una tacada tras la pandemia, el nuevo álbum de los escoceses vuelve a situarlos en primera línea del pop, por mucho que ya no esperemos que nos sorprendan, cosa que sí que logran sin abandonar sus señas de identidad. Además, los nuevos trabajos de Iggy Pop, John Cale, Billy Nomates, James Yorkston y dani

Mientras algunos teletrabajaban, otros se iniciaban en el punto de cruz y el macramé o en las recetas de alta cocina durante el período de adivinad cuándo; los músicos se dividían entre los que sufrieron un bloqueo creativo y los que no hacían otra cosa que componer. Así, Stuart Murdoch, cantante principal y líder de la banda de Glasgow Belle and Sebastian, se presentó en el local de ensayo una vez pasada la primera oleada con más de treinta canciones en el bolsillo. Como el asunto de los viajes estaba aún complicado, adecuaron su local como estudio de grabación y se pusieron manos a la obra. De esas sesiones salió su álbum del año pasado, «A bit of previous», y por sorpresa, ya que no anunciaron nada al respecto hasta una semana antes de su lanzamiento, éste que nos ocupa: «Late Developers» (Matador, 2023).

Lejos de aquel grupo que, a mediados de los noventa, en plena resaca del éxito del grunge, la escalada del britpop, el momento de diferentes formas de crossover y hip hop e inicios del big beat o electrónica para roqueros, sorprendió a contracorriente con un melódico pop de guitarras deudor no solo de The Smiths o las bandas británicas del twee-pop, sino también del folk delicado de Nick Drake o Simon & Garfunkel.

Combinando canciones más luminosas con otras más intimistas, pese a que en sus primeros años fueron reacios a tocar en directo, cuando se decidieron a hacerlo en serio tras su cuarto disco conquistaron los escenarios pequeños y medianos de los grandes festivales. Legendaria fue su actuación en la abarrotada carpa del FIB de 2001. Lo que les llevó a los escenarios grandes.

En paralelo, evolucionaron disco a disco, añadiendo influencias, como las del northern soul y grupos del mod revival como los Dexy’s Midnight Runners, The June Brides o The Housemartins con vigorosas secciones de vientos y ritmos bailables. También tantearon canciones de cierto pop con teclados, sin llegar al tecno pop. Todo ello sin dejar del todo sus señas de identidad iniciales y cierta delicadeza, si bien es cierto que aquella fragilidad adorable del principio se fue esfumando. Eran los mismos y no lo eran del todo. Se sucedieron los álbumes, algunos con mejores composiciones que otros y hubo incluso rumores de separación hace algunos años, coincidiendo con proyectos en solitario de sus miembros.

Portada de «Late Developers»

Como sucede con otras bandas de larga duración que han gozado de prestigio muy pronto en su carrera, el sector más avanzado de la crítica y del público les dio por amortizados y solo algún single en trabajos notables, pero no excelentes, provocaba el elogio. El álbum del año pasado cayó en mejor gracia, ya que el tiempo pasado sin ellos, siete años sin elepés de canciones nuevas, unido a unas melodías más acertadas, despertaron mayores alabanzas. Los chicos aún lo tenían. Lo tenían y no lo querían soltar, porque en lugar de encontrarnos ahora ante una colección de meritorias candidatas a recopilatorio de caras B, nos han sorprendido con temas de similar brillo que las del antecesor gemelo, aquel más homogéneo en temáticas y sonido y éste más variado, más de canciones, como se suele decir.

Como queriendo recordarnos que, pese a lo comentado aquí arriba, siguen quedando rescoldos de lo que fueron en sus inicios, un dúo de guitarras rasgueadas sin acompañamiento rítmico da inicio a una austera pero vitalista muestra de folk rock, «Juliet Naked» con el familiar timbre de Stuart, a la que sigue una de sus típicas adaptaciones del sonido Motown, «Give A Little Bit», en la voz de Sarah Martin con una serie de consejos al oyente para aprovechar mejor el tiempo de forma contraria a la que suelen recomendar los gurús motivacionales.

En las letras del grupo, esos momentos de luz se han alternado desde siempre con las sombras y las dudas existencialistas y así sucede en «When We Were Young», en la que reconocen melancólicamente que ojalá bastase con los resultados de fútbol y los estribillos para mantener el ánimo arriba cuando uno ya está en la segunda mitad de la función.

Belle & Sebastian

Belle & Sebastian en el FIB 2018 // Iñaki Espejo-Saavedra

Las canciones se suceden y se apodera la sensación de una visita a una exposición de todo el rango de repertorio que han acumulado con los años, que hace reevaluar méritos y meditar sobre la rapidez con la que nuestra atención abandona a los artistas de carrera larga en busca de estímulos y novedades. Cierto es que ya no son una banda que vaya a marcar la agenda de la actualidad como lo hicieron en su momento, ni a romper esquemas, pues esa función corresponde a artistas más jóvenes o a veteranos más ligados a la experimentación. Lo de ellos es encontrar la chispa y la emoción del mejor pop y evitar la repetición rutinaria.

En «Will I Tell You A Secret» una serena despedida de dos examantes adultos, recuperan el formato acústico de sus primeros años. El guitarra Steve Jackson, en cambio, siempre aporta un poco de brío con su mezcla de rock y soul, más a tono con su voz más grave, como en «So In The Moment», que tiene pinta de hacerse un hueco en sus directos.

Otra voz distinta a la de Stuart es la de la invitada Tracyanne Campbell, cantante de los también escoceses Camera Obscura, que comparte una canción que llevaba más de 25 años en las cintas de trabajo de Murdoch, aspecto que incluso el título delata, ya que es fiel al espíritu del combo en aquellos años: «When The Cynics Stare Back From The Wall».

Ha llamado la atención de los medios el single «I Don’t Know What You See In Me», no solo por acercar a la banda al synth pop más comercial, sino también por ser la primera vez que colabora alguien externo en la composición de una canción. Pete Ferguson, cuyo alias artístico como productor de música de baile es Wuh Oh, se lleva el honor. Algunos han citado como influencia a ABBA o incluso a Harry Styles y su recientemente omnipresente «As You Are», pero también tiene aires de bandas más cercanas en espíritu como The New Pornographers. Y aunque para algunos quizás se hayan pasado de frenada, desde luego los «la-daba-di, la-daba-da» en el ecuador del tema pisan la raya del arcén, tiene el punch y la euforia del pop más eficaz.

«When You’re Not With Me» también apunta a las pistas de baile, aunque algo más tímidamente, con cierto barniz funky y la voz de Sarah, quien comparte micrófono con Stuart en la rítmica, a medio gas, «Do You Follow».

Para cerrar de un modo familiar para el fan en clave de soul de ojos azules, la canción que titula el álbum exhorta al que quiera escuchar a encarar todo esto con ánimo pese a los nubarrones que tenemos encima. Acaba el disco y el regusto dejado es bueno, con esa sensación de que esta hora de música te ha alegrado el día y el pensamiento de que aunque en algún tiempo dudamos de si serían capaces de volver a captar nuestro interés, en un año lo han hecho dos veces.

Vale, sin poner el mundo musical patas arriba, eso hay que buscarlo en otra parte, lo suyo es lo que has escuchado. Y no es poco.

OTROS DISCOS DEL MES

Tras las innumerables listas de lo mejor del año pasado y la resaca de las fiestas navideñas, se ha ido desperezando poco a poco la industria musical, sin prisa comparado con otros meses, pero ya han aparecido varios discos reseñables.

Por una parte, las novedades de dos legendarios veteranos en un envidiable estado de forma, como Iggy Pop con «Every Loser» (Gold Tooth, 2023), mostrando con vigor el amplio abanico en el que se ha movido las últimas décadas, y el galés John Cale, con una delicia como «Mercy» (Double Six Records, 2023) en la que colaboran, nunca eclipsándolo, algunos de los más audaces músicos actuales como Animal Collective, Weyes Blood o Actress, etc., creando una atmósfera elegante y romántica que retrotrae a sus mejores trabajos de los años ochenta con ecos a Bowie, The Blue Nile o David Sylvian.

Entre los nuevos valores, la británica Billy Nomates, colaboradora en uno de los recientes hits de Sleaford Mods, presenta su segundo ábum, «CACTI» (Invada, 2023) combinando new wave, pop nocturno y algo de la PJ Harvey más reposada. Un poco más elegante y sofisticada, Rozi Plain refina la fórmula con «Prize» (Memphis Industries, 2023) tras varios trabajos en la que mantiene un pie en el especial folk de Aldous Harding y el pop avant-garde de Cate Le Bon.

La mayúscula dani, siempre con minúscula

Por su parte, el veterano músico escocés James Yorkston, con la exquisita colaboración de Nina Persson (la cantante de The Cardigans, ¿recordáis?) y The Second Hand Orchestra, ha publicado «The Great White Sea Eagle» (Domino, 2023), un álbum de preciosas canciones entre el folk y el pop de cámara para escuchar en tu habitación al abrigo del invierno.

Por último, la viguesa afincada en Madrid dani (sí, ella lo escribe sin mayúscula) acaba de publicar su esperadísimo segundo álbum tras los sugestivos adelantos publicados a lo largo del año pasado. «Posdata» (El Volcán, 2023) es melódico pop de raíz ochentera, pero con lazos en la producción con la música actual y con el gancho de su angelical forma de cantar, con momentos más bailables como la irresistible «Ceras rosas», medios tiempos y piezas sugerentes y de ritmo más pausado como «Lento».

Tenemos una nueva estrella del pop por aquí y tiene pinta de que va para rato. No olvidemos que, encima, es hija de Rosa Costas y Silvino Díaz (de Aerolíneas Federales) y, por lo tanto, sobrina de Miguel Costas (de Siniestro Total). Por genética no será, desde luego…

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