Por fin ayer se abría la 21ª edición del Festival Internacional de Benicàssim, esa en la que el cartel y la propuesta del certamen han recuperado el brillo de antaño. Nuestros redactores Joseba Vegas y Javier Santamaría nos cuentan todo lo ocurrido en la jornada inaugural: el triunfo absoluto de la etérea y genial Florence + The Machine, el batiburrillo sónico de unos (demasiado) alocados Crystal Fighters, el buen hacer de los Clean Bandit…
CRÓNICA Y FOTOS viernes 17 JULIO: Prodigy, Noel Gallagher, GYBE, Jamie T… FIB 2015
CRÓNICA Y FOTOS sábado 18 JULIO: Blur, Los Planetas, Kaiser Chiefs, Hinds… FIB 2015
OPINIÓN: El FIB ha vuelto, ¡larga vida al FIB! (por Joseba Vegas)
Por fin ayer jueves 16 de julio se abría la ansiada 21ª edición del Festival Internacional de Benicàssim, FIB 2015, esa en la que el cartel y la propuesta del certamen han recuperado el brillo de antaño. Nuestros redactores Joseba Vegas y Javier Santamaría nos cuentan todo lo ocurrido en la jornada inaugural (con fotos de Pau Bellido): el triunfo absoluto de la etérea y genial Florence + The Machine, el batiburrillo sónico de unos (demasiado) alocados Crystal Fighters, el saber hacer de los Clean Bandit, el buen rollo de los DMA’s, la aparición sorpresa de Russian Red con L.A...
Tras un largo viaje (que comenzó con una avería nada más arrancar, la visita a cuatro talleres y un posterior cambio de coche), llegamos a Benicássim con el tiempo justo para ver a L.A. (tras dar por imposible a Trajano!)… o eso creíamos, sobre todo cuando atravesamos la pasarela que cruza la carretera nacional que discurre junto al Recinto de Festivales y pudimos ver, a escasa distancia, la actuación del mallorquín (cuyas canciones habíamos estado escuchando mejor y mejor según nos acercábamos, con un sonido alto y cristalino). Pero no. Baja del puente, rodea todo el perímetro, acude a la oficina de acreditaciones de prensa, espera tu turno, entra, toma algo de líquido (calor, sudor, sofoco) y… nada, que había terminado. Una pena (te la debemos, Luis Albert -y Lourdes, ya que salió a escena Russian Red como invitada especial-).
Así, el primer contacto real con el festival fue con Ocellot. Cual fue nuestra sorpresa al ver que, donde antaño estaba el Fib Club, se sitúa ahora el escenario Red Bull, que no es sino el autobús que hemos visto en un montón de ocasiones en otros festivales (como el reciente Bilbao BBK Live), algo que nos horrorizó temporalmente al poner en duda la calidad de sonido (en comparación con el antiguo «stage» situado en el mismo lugar), algo que, afortunadamente, solo fue un temor momentáneo, ya que el autobús había sido «tuneado» y ampliado, con un escenario mayor que el habitual y un potente dispositivo de altavoces que hizo que todo sonara nítido y potente.
Ocellot podrían ser algo así como una respuesta catalana a Hola a Todo el Mundo, con mas beat y quizá ganando en especialidad, pero es difícil evitar pensar en HATEM al advertir su gusto compartido por las capas de lentejuelas y la imagen «hippy ravera«. Hay que decir que tienen canciones y su arranque en los conciertos hace que enganche al público, pero poco a poco se van dispersando y cuesta quedarse atrapado con ellos. Eso sí, al final del concierto revivieron cual ave fénix y salvaron la papeleta, dejándonos un buen sabor de boca. Temas como «Invitació» funcionan mejor con la potencia de sonido y el horario de ayer en el FIB (ya cayendo la noche), que no con el sol de las 5 de la tarde del pasado Primavera Sound.
De Clean Bandit esperábamos poco, pero hemos de reconocer que dieron un buen concierto y que, viendo su directo, es fácil entender por qué tienen conquistada a la chavalada. A fin de cuentas, su sonido nos trasladó a las primeras discotecas que algunos visitamos allá en los 90s: música dance cantadita, emotiva y divertida, con coreografías y hedonismo a borbotones. La costa levantina sabe mucho de esto que hablamos , así que Benicássim se prestó como escenario idóneo. Pero claro, todo tiene truco y quizá lo que gusta en directo es precisamente aquello que no es Clean Bandit, es decir, la poderosa voz de Elisabeth Troy, total protagonista de la actuación, una frontwoman con suficiente voz y presencia como para hacer que todos los focos apunten hacia ella pero que, sin embargo, no forma parte del grupo de manera oficial. Lo que sí son parte (y distintiva además) de la propuesta son los arreglos de cuerda, principalmente de violín, que terminaron por saturarnos un poco. Así, nos quedamos con sus ritmos dance y su cantante con contrato temporal, pero no con eso que, paradójicamente, les ha dado el éxito (con permiso de «Rather Be», su megahit).
Uno de los conciertos del día fue el de los australianos DMA’s, pero claro, era fácil que nos conquistaran, con su pinta de chavales de barrio, de «bebe yonkilatas», de colegas que pasan el día en el garaje contando las anécdotas de la noche anterior en el pub, de quienes disfrutan haciendo lo que hacen y disfrutan del momento y te arrastran con su espíritu juvenil. El contagioso ritmo del rasgar de la guitarra acústica hace de hilo conductor del concierto, hilo que te envuelve en canciones como «Your Low». Hubo quien dijo que la voz le recordaba a la de Liam Gallagher, cosa con la que estamos de acuerdo, pero añadiéndole matices a lo Mike Skinner (The Streets), con esa voz del macarra que después de que le partan la nariz en una pelea en la puerta de la discoteca se acerca donde su exnovia y le dice que la hecha de menos y que la sigue queriendo más que a nada en el mundo. Un gran momento del concierto fue cuando tocaron «Delete», con los tres amigos en el escenario, arrancando la canción poco a poco, primero con voz, luego con guitarra acústica, luego con coros, la entrada de la eléctrica y la incorporación final del resto de la banda. Esperamos que vuelvan muy pronto.
No era la primera vez que Crystal Fighters actuaban en el FIB, pero sí la primera que asaltaban el escenario grande (y en horario «prime time»), convertidos ya en banda de éxito (especialmente en España) gracias a ese «Cave Rave» que a tantos conquistó con su dinámica, su pop, su baile y el brillo que desprendía pese a su deje «hippy buenrollero» (sin lo cual no se entendería la propuesta, por otro lado). La pena es que esta vez se les fue la mano (ya de entrada, llamaba la atención la decoración selvática y su renovado look andino-punk), convirtiendo el show en una especie de batucada non-stop que no hizo sino enfangar lo bueno de la producción de bastantes de sus temas, haciendo que muchos sonaran igual (de mal). Lo grave es que, viendo cómo se lo montaron los demás grupos en ese escenario, lo farragoso del sonido de los Fighters tuvo que ser cosa de ellos. De todas maneras, no todo fue malo y hay que reconocer que con «At Home» lograron un momento mágico, sacando pepitas de oro y alcanzando uno de los mejores momentos de la noche.
Florence Welch sonó perfecta, como toda su banda, Florence + The Machine, mejorando todo lo que encontramos en sus discos con todo lujo de detalles, dejando ver cada parte, cada instrumento, con sus subidas y bajadas y, claro está, con su voz como gran protagonista pero no única, porque ella es un gran animal escénico, fuerte y frágil a la vez, puro amor y carisma, una mujer que contagia su disfrute en el escenario y que transmite toneladas de energía positiva. Cualquiera con un mínimo de empatía y de oído se tuvo que ver arrastrado por lo que allí estábamos viendo y escuchando. Quizá comenzó algo fría con «What The Water Gave Me», pero, tras 2 minutos, su voz estaba perfectamente afinada. Repasó sus tres álbumes, tirando de hits y de los singles más recientes, y hasta se atrevió a hacer una suave versión impagable del discotequero «Sweet Nothing» (sin Calvin Harris, claro). También se permitió cantar el «What Kind Of Man» a la cara y casi besándole, a un chico de la primera fila (que suponemos que a estas horas aún no respira…) y terminó subiendo a una cría al escenario que, desde su pancarta, le pedía «un abrazo«. Se lo dio. Nos lo dio. A todos. Porque Florence es, aparte de música angelical, amor. Por eso terminó con el «You’ve Got The Love», primero ondeando una bandera arcoiris que le cogió a alguien del público y después pidiéndonos que nos quitáramos las camisetas para ondearlas también a su ritmo. Por ti, Flo, lo que desees. A tus pies.
Y tras una primera noche de bienvenida y calentamiento (pero con momentos ya imborrables en los 21 años de historia del festival), hoy, viernes 17 de julio, el FIB 2015 se inaugura oficialmente con todos sus escenarios y actividades ya a pleno rendimiento. Lo que ocurra esta larga tarde noche, os lo contaremos aquí mañana. Más información de conciertos y horarios concretos hasta el próximo domingo, 19 de julio, en nuestra sección de Festivales y en www.fiberfib.com