Este mes recomendamos “Misterioso asesinato en el matatxerri”, “Winona & Grace” y “Las que fueron silencio”, propuestas completamente diferentes en tonos, temáticas y estilos, pero levantadas las tres por creadores/as vascos/as jóvenes, emergentes y/o independientes. ¡Puro teatro!
Estas semanas tenemos en nuestra cartelera tres obras de teatro totalmente diferentes: de la comedia disparatada a la autoficción pasando por la más dramática memoria histórica. «Misterioso asesinato en el matatxerri» (en Arimaktore Barakaldo), «Winona & Grace» (en Pabellón 6 Bilbao) y «Las que fueron silencio» (en el Serantes de Santurtzi) no pueden ser más divergentes, aunque tienen en común que son proyectos ideados y levantados por creadores/as vascos/as jóvenes, emergentes y/o independientes, pero, a la vez, de una profesionalidad incontestable. También coinciden, claro, en que las tres son, en nuestra opinión, altamente recomendables.
«MISTERIOSO ASESINATO EN EL MATATXERRI»
Arimaktore (Barakaldo). 21, 22, 28 y 29 octubre.
La sala Arimaktore es ese maravilloso lugar de Barakaldo donde el teatro se vive de bien cerca y con un encanto y autenticidad difícil de encontrar en otros espacios de Bizkaia (¿¡en qué otro sitio te invitan a una caña y choricillo antes y después de la función!?). Este bajo a pie de calle muy cerquita de la parada del metro (vamos, no hay excusa para no acercarse) es también la sede de la compañía homónima, un grupo de siete militantes del teatro que escriben, dirigen, actúan, programan, gestionan…, siempre incansables, libérrimos y absolutamente independientes (y con la colaboración de numerosos cómplices).
Su nueva obra, estrenada justo antes de las vacaciones de verano, estuvo en cartel sólo unos poquitos días, y bien merecía un regreso a la cartelera que ahora, por fin, se ha hecho realidad. «Misterioso asesinato en el matatxerri» (hay funciones el 21, 22, 28 y 29 de octubre) es el epítome del tipo de experiencia teatral que se puede vivir en Arimaktore: un buen trabajo profesional hecho con mimo y dedicación y plasmado en escena por un elenco absolutamente entregado y también muy desenfrenado.
En resumen: una comedia loca, con un punto absurdo, y sobre todo muy, muy divertida. Trasluce claramente que no son sólo un grupo de compañeros/as de profesión, sino también un grupo de amigos/as apasionados por el teatro. Por eso la compenetración sobre el escenario es perfecta (en este caso actúan Josu Angulo, Leire Orbe, Alfonso Díez, Sole Carril y Chema Trujillo); se nota que disfrutan de lo que hacen casi tanto como el público en el pequeño patio de butacas (con esos momentos impagables y contagiosos en los que algún/a intérprete no puede evitar reírse en plena función).
La historia -escrita por Braulio Cortés– es muy loca pero a la vez inteligente. Parte del clásico genero del ‘whodunit’ y usa sus códigos, pero lo que hace es revolucionarlo: lo ubica en un baserri de la Euskadi profunda, presenta personajes disparatados pero entrañables y le da a todo un punto surrealista (sin dejar de plantear una historia bien contada y bien resuelta). Y, todo ello, en algo menos de una hora. La experiencia encantará tanto a habituales de la sala barakaldarra como a asistentes noveles. De hecho, diría que es una opción inmejorable para quienes aún no se hayan estrenado como público de Arimaktore.
«WINONA & GRACE»
Pabellón 6 (Bilbao). 27 y 28 octubre.
Ainhoa Artetxe y Graciela Dóniz son dos jóvenes actrices que hace años podíamos calificar como ‘prometedoras’ (cuando las conocimos como parte de la cantera de la Gazte Konpainia de Pabellón 6). Pero lo cierto es que han trabajado tanto (y tan bien) que ahora, aunque sigan siendo jóvenes, ya son una sólida realidad en el panorama interpretativo. Y no sólo interpretativo ya que, precisamente en este proyecto, «Winona & Grace», que se verá en P6 el 27 y 28 de octubre, son ellas mismas las impulsoras y responsables de la idea y de parte de los textos.
Para acabar de dar forma al montaje que tenían en su cabeza se unieron a la alabada compañía vasca Khea Ziater (de Alex Gerediaga -aquí responsable de la dramaturgia y la dirección-), y así consiguieron convertir sus propias experiencias y frustraciones reales, sus expectativas vitales y profesionales, en obra de teatro. Una obra que, como no podía ser de otra manera, supura verdad. Se trata, en definitiva, de una curiosa propuesta de autoficción, pero que no se queda en la simple anécdota de interés limitado que podrían ser las diatribas de dos jóvenes actrices labrándose un futuro.
El gran acierto de «Winona & Grace» es que logra hacer, de los casos personales de Ainhoa y Graciela (o de sus alter egos, Winona y Grace), algo universal que nos apela a todos/as: ¿Qué somos ahora y qué soñamos ser de niños? ¿Cómo ha sido nuestro viaje al mundo adulto y qué nos hemos dejado en el camino?
No hay aquí un hilo argumental de especial trascendencia, pero eso es lo de menos; lo que importa es el precioso viaje que plantean a través de un diálogo muy bien construido y muy bien interpretado. Las conversaciones entre Winona/Ainhoa y Grace/Graciela son a veces hilarantes, en ocasiones emocionantes, y alcanzan lo sublime en esos momentos en los que, claramente, las vidas de los personajes se entremezclan con las vidas reales de las actrices que les dan vida (evitando los spoilers, sólo diremos que la inclusión de los vídeos finales es gloriosa).
«LAS QUE FUERON SILENCIO»
Serantes Kultur Aretoa (Santurtzi). 4 noviembre.
Otra joven actriz que es mucho más que eso. Porque Lucía Lasarte ha creado su propia compañía, Marea Teatro, que ha debutado levantando un gran montaje del que ella misma es productora (¡bravo por el arrojo!). Y decimos ‘gran montaje’ porque «Las que fueron silencio» cuenta con un elenco de ocho intérpretes, ahí es nada. Lasarte se ha apoyado en dos grandes nombres: Alberto Iglesias (responsable de un duro guion sobre memoria histórica en femenino) y Javier Hernández-Simón (director bilbaíno cuestionado por sus extremos métodos de trabajo -según colegas de profesión y exalumnado- y también responsable de las recientes adaptaciones de «Los santos inocentes» o «Mariana Pineda»). Estrenada este año en el Teatro Arriaga de Bilbao, ahora el 44º Festival de Teatro de Santurtzi la ha incluido en su programación (Serantes Kultur Aretoa; 4 de noviembre).
Igual estás pensando: ¿¡Otra obra sobre la dictadura!? Pues sí, otra y las que hagan falta. Ahora más que nunca. Y, sobre todo, si nos cuenta cómo las mujeres vivieron la represión franquista, que a pesar de cebarse el doble con ellas, poca justicia les ha hecho la Historia. Por suerte nos queda el teatro para saldar cuentas… Cinco presas en una cárcel vasca (una de ellas, la propia Lasarte, y especialmente desgarradoras las interpretaciones de Irene Bau e Itxaso Gil) tratan de no perder la dignidad y hasta de enfrentarse al sistema a través de la práctica, entre rejas, de un teatro inteligentemente contestatario. A ese opresor sistema lo encarnan la implacable Carmen San Esteban (monja/gobernanta del centro) y un temible Unai Izquierdo (militar franquista/alcaide).
Mientras ellas ensayan, vamos conociendo sus historias, las injusticias que las han llevado a prisión y el inhumano sufrimiento que allí está experimentando cada una. Mi única pega es que siento que el impactante final llega de forma algo precipitada, cuando el desarrollo de los personajes y el argumento aún podrían haber dado para más. Aunque, quizá, el abrupto cierre era necesario para que esta trama sin concesiones no se le atragante demasiado al respetable…
En el lado de los aciertos sumamos también la bella y sorprendente escenografía (de Gorka Martín), que no representa ninguna estancia sino que es una gran y metafórica escultura viviente (en la línea de lo que Hernández-Simón planteaba también en su ya mencionada «Los santos inocentes»). También el original vestuario de las presas, cargado de simbolismo e ideado por la siempre creativa Betitxe Saitua.