La Gazte Konpainia del colectivo bilbaíno estrena una nueva producción basada en la obra de Alfredo Sanzol, bajo la dirección de Itziar Lazkano y con un elenco de actores y actrices de edad escasa pero prestaciones altísimas. Estas semanas, en Zorrotzaurre, Eibar y Basauri
«Días estupendos» es la nueva producción de Gazte Konpainia, ese proyecto de Pabellón 6 que, cada año, selecciona una nueva hornada de jóvenes egresados de escuelas de artes escénicas de Euskadi para que puedan vivir el proceso completo de levantar una producción propia. Una apuesta vital para dar solidez al sector local y para asegurar el relevo generacional. Y también para permitir, a esos jóvenes con una sólida formación teatral, poder empezar a ejercer su profesión aquí en el País Vasco. Por todo ello, es una iniciativa que siempre aplaudimos, y vamos a hacerlo un año más.
Arrancaron en 2015 con la primera promoción y, ahora, 9 años después, tenemos la más reciente tanda de nuevos profesionales ya en cartel con su propio montaje. En este caso son Gorka Luna, Izar Pizarro, Itxaso Sánchez, Omar Somai, Markel Vázquez y Sofía Zallio, dirigidos por Itziar Lazkano (con Iñigo Cobo como ayudante), en una nueva adaptación de la obra del reconocido Alfredo Sanzol.
Aunque ahora, a corto plazo, sólo hay funciones previstas en castellano (hasta el 11 de febrero en Pabellón 6; el 21 febrero en Eibar; y en abril en el Social Antzokia de Basauri), el montaje se ha estrenado también en euskera como «Egun zoragarriak» y adaptado por Patxo Telleria.
«Días estupendos» es, más que una obra, un conjunto de originales sketches que parecen no tener nada más en común que el hecho de que acontecen en verano, con esa atmósfera vacacional y ese aroma a aire puro del campo o crema solar de la playa. Fue en 2010 (cuando ya despuntaba pero no era aún la luminaria que es hoy) cuando Sanzol escribió y dirigió «Días estupendos» para el Centro Dramático Nacional. Y tengo que reconocer, de partida, que para mí este no es uno de sus mejores ni más interesantes textos.
Tiene su punto, sí, y sus destellos, pero no me enamora. Pero reconozco que el problema es mío, pues estoy convencido de que la mayoría del público lo va a disfrutar; además, es tan variado (en tonos, historias, personajes… al ser una quincena de piezas cortas) que todos podemos encontrar en él algo que nos apele, interese o entretenga especialmente. De hecho, a mí me fascina el segmento de los padres que reciben la carta de su hijo desde el campamento, o el del torero que se hace consciente del daño que ha estado infligiendo a los toros. Pero, en general, siento que este texto se cree más inteligente de lo que realmente es, y no me parece la mejor elección para el debut de la Gazte Konpainia 2024.
La propuesta de Lazkano como directora no se separa prácticamente de la mencionada producción original de hace 14 años en el CDN. Y a mí me gustaría que se hubiera arriesgado un poco más, que se hubiera apostado por plantear una nueva versión más auténtica y propia. Dicho esto, sí es un acierto, y una gran mejora, la multiplicación de localizaciones, es decir, el dar a cada pieza una escenografía diferente (aunque se haya resuelto con proyecciones -que habitualmente en teatro no terminan de dar buen resultado, pero que en este caso son más que solventes-). En el estreno en 2010 se empleaba un único decorado para todos los pasajes, y me parece que la cosa crece mucho cuando cada uno tiene su propia ambientación.
Como siempre con la Gazte Konpainia, lo mejor, lo más disfrutable, es el elenco: ese nuevo grupo de jóvenes en la veintena, tres chicas y tres chicos, que llegan perfectamente formados, con la preparación profesional idónea para empezar a trabajar en la liga de los grandes, pero que, si no fuera por esta apuesta de Pabellón 6, tendrían el acceso al duro mercado laboral de la interpretación mucho más difícil.
Recuerda: Gorka Luna, Izar Pizarro, Itxaso Sánchez, Omar Somai, Markel Vázquez y Sofía Zallio; porque seguro que, en breve, volverás a oír hablar de todos ellos y a encontrártelos en elencos de otras producciones. Yo me quedo con Vázquez, que está impresionante y que atina en una amplia variedad de registros (aunque igual es, simplemente, porque a él le han tocado los personajes más jugosos y ha tenido más ocasión para el lucimiento que sus compañeros y compañeras). Lo dicho: a seguirles la pista a los seis nuevos rostros de la Gazte Konpainia.