Charlamos con Amets Rodríguez y Maite Alaña, directoras de Mundaka Festival y MAZ Basauri, respectivamente, para conocer su opinión acerca de la presencia femenina en los festivales, tanto sobre el escenario como detrás de él, en un sector tradicionalmente copado por hombres
Podríamos arrancar este artículo diciendo que Amets Rodríguez y Maite Alaña son «dos mujeres que«, pero ya estaríamos incidiendo en una actitud machista. Una de esas que salen solas. Con total naturalidad. Una actitud micromachista, si quieren. Pero sí, lo sería. Porque, ¿acaso presentaríamos a unos hipotéticos Pepe y Juan diciendo que son «dos hombres que«? No. Diríamos que son dos profesionales del sector musical. Dos directores de festivales musicales. De Mundaka Festival y MAZ Basauri, que es lo que son, respectivamente, Amets y Maite.
Sin embargo, hemos querido hablar con ellas justamente porque son mujeres, rara avis, en definitiva, en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Queríamos pulsar su opinión después de toda la polémica suscitada en Vitoria-Gasteiz por la «ausencia» de mujeres en el cartel del Azkena Rock Festival 2017, asunto que se convirtió en toda una patata caliente en el consistorio alavés, patrocinador, no en vano, del ARF. Finalmente, el acuerdo entre ayuntamiento y promotora (la bilbaína Last Tour) incluye una cláusula específica por la que el festival se compromete de manera explícita a trabajar «por la visualización de la mujer en el mundo de la música«.
Pero, ¿fue justificada la polémica y es ajustada la medida? ¿Hay que visibilizar a la mujer por decreto? ¿Hay o no hay machismo en los festivales? Y, más concreto aún, ¿están mejor valoradas las mujeres en la industria musical si existe presencia femenina, obligatoria, en los carteles de los festis? ¿Sí? ¿No sería mejor que ellas también tomaran decisiones, que ellas también formaran parte del tinglado, que ellas, aparte de artistas, fueran promotoras, managers, jefas de prensa… directoras?
AMETS Y MAITE, DOS MUJERES EN LA INDUSTRIA MUSICAL
Os encontráis en plena vorágine promocional, ¿no? Con un festival a puntito de celebrarse y otro cerrando su cartel.
Maite: Sí, en MAZ Basauri estamos ya en la recta final. Arrancaremos el próximo viernes, 28 de abril, y acabaremos el 6 de mayo. Son dos fines de semana. Tenemos a Fuel Fandango, a León Benavente, a Zea Mays, a Rural Zombies…
Amets: Nosotros aún tenemos margen. En Mundaka Festival no celebraremos la tercera edición hasta finales de julio. Aún quedan flecos, pero ya están confirmados Mando Diao, Beth Heart, Allah-Las, Quique González o Lee Fields. También tendremos a Zea Mays.
Hay bastantes mujeres en vuestros respectivos carteles
Maite: Sí, siempre las hay. Hay años que más, años que menos, pero siempre hay.
Amets: Para nosotros también es importante. Hemos traído a mujeres increíbles como Nik West o Aurora and The Betrayers.
Las dos directoras, frente a las torres Isozaki de Bilbao // Joseba Vegas
Dos directoras de festival, no sois muchas. Al menos en Euskadi.
Maite: Yo sabía solo de Amets y por eso me empeñé en conocerla. No conozco a ninguna otra que dentro de un festival no tenga que reportar a un hombre. Para mí era importante estar en contacto con alguien como ella. Iniciativas como la de la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música (MIM) están muy bien, pero no deja de ser complicada su labor… porque hablamos de mujeres con hombres por encima. Lo importante es que, dentro de la industria, podamos desarrollar nuestro trabajo con total igualdad, de tú a tú, con los mismos derechos.
Amets: Hay pocas mujeres al frente de grandes empresas, no solo en la industria musical. Los directivos siempre son hombres. Hasta hace dos días, nuestras abuelas tenían que contar con un hombre, con su marido, para algo tan simple como abrir una cuenta en el banco. Ahora no estamos en ese punto, pero aún queda camino. Estamos donde estamos porque lo valemos. Y eso es lo importante. Ni quedar fuera por ser mujeres, ni estar al frente por el mismo motivo. No, simplemente, porque trabajamos y lo valemos. Poner al frente de algo a alguna mujer solo por el hecho de serlo tampoco lo veo positivo. Es devaluar a esa mujer. Eso es extensivo a los carteles de los festivales. Si hay mujeres es porque lo valen, porque tienen mucha calidad. No tiene que haber baremos, ni un tanto por ciento determinado. Tiene que haber mujeres, por el simple hecho de que son igual de buenas. Pero sí que es verdad que no siempre es fácil, hay menos mujeres en escena.
No establecéis un porcentaje de presencia femenina, entonces.
Maite: A mí me gusta que haya mujeres en todos los ámbitos. En MAZ Basauri hay mujeres en la dirección, en el cartel y hasta en carga y descarga. Hay chicas que mueven «flight cases» (arcones metálicos donde se transportan instrumentos) exactamente igual que los hombres. Del catering, por ejemplo, se encarga un hombre. A mí me gusta que haya mujeres, pero porque me gusta que haya buenos profesionales. Y las hay muy buenas en todos los ámbitos de la industria musical.
Amets: Hay que tener esa sensibilidad. Le damos importancia a que haya mujeres, pero no por completar un cupo. Pasa algo parecido con la música local, con la música vasca. Contamos con artistas de casa, no porque lo sean, sino porque son muy buenos y sentimos que se merecen estar en el festival, al mismo nivel que el resto de artistas, con los mismos recursos escénicos y el mismo trato. No es cosa de porcentaje, es cosa de sensibilidad.
Maite: Yo no voy a descartar a nadie por ser mujer, sea el trabajo que sea, aunque sean trabajos tradicionalmente masculinos. Las mujeres pueden desarrollar esos trabajos igual igual. El día que las mujeres entren a programar festivales, se dejarán atrás ciertas actitudes. La industria puede cambiar si las mujeres acceden a puestos de responsabilidad
Dos mujeres con las ideas muy claras // Joseba Vegas
Asunto Azkena Rock Festival. ¿Cómo vivisteis la polémica por la ausencia de mujeres en su cartel?
Maite: Yo lo tengo muy claro. Hablamos del ARF, un festival de rock… donde tradicionalmente siempre ha habido más hombres. Es un sector complicado para programar a mujeres. Entiendo a los programadores de ese festival… y creo que hay cosas más importantes en las que fijarse. A nivel estructural, como en otros muchos festivales, es donde ha de haber mujeres. En un festival pueden darse situaciones de desigualdad que van mucho más allá de su cartel artístico. Hablemos, simplemente, de algo tan básico como las bajas maternales. Los políticos deberían fijarse más en cómo funcionan las cosas realmente, no en su mera apariencia.
Amets: A mí me genera dudas el tema del Azkena. La polémica me pareció exagerada. No tiene que haber mujeres porque lo diga el Ayuntamiento. Y menos tiene que haber un 30% porque sí. Tiene que haberlas porque tiene que haberlas, porque es natural que las haya siempre que sea posible, pero no siempre es tan fácil. Se ha armado algo muy gordo que, al final, lo que hace es limitar el verdadero valor de las artistas femeninas.
Pero tampoco es cierto que no se pudiera haber programado a más mujeres, o que no haya casi ninguna girando. Solo hay que mirar nuestros carteles para ver que hay mujeres haciendo cosas. En cualquier caso, detrás de un festival hay mucho trabajo, mucha gente… y no creo que haya que hacer sangre porque un año haya pocas mujeres en el cartel.
Maite: Resumiendo. Que hay dos planos. El cartel artístico, al que es ridículo imponerle una cuota de mujeres. Y luego el estructural, donde no siempre el trato a las mujeres es el mejor. No hay que quedarse en la espuma de las olas. Quedarse ahí es hacer algo de cara a la galería.
Amets: La industria musical no es diferente a otros aspectos de la sociedad y a otros sectores.
Maite: Y las mujeres no están mejor valoradas en un festival porque ese año actúen artistas como PJ Harvey o Patti Smith. Que los políticos se preocupen más por el funcionamiento de las cosas que por el cartel. Y ya si hablamos de rock… Es como si queremos hacer un festival de música metal. Sería ridículo quejarse del cartel si hubiese pocas tías.
Amets: No hace ningún bien imponer. Si yo fuera artista, querría que me programasen por mi calidad, no por obligación.
¿Habéis tenido problemas, recelos… por ser mujeres? ¿Algún caso de discriminación?
Maite: Como tal, no. Pero sí que es cierto que se viven situaciones… bastante descriptivas. Con artistas me ha ocurrido que viene algún manager, yo estoy junto a nuestro responsable de comunicación, es decir, un hombre… y dirigirse a él en lugar de a mí. Y tener que decirle mi compañero «no, no, que la jefa es ella«.
Amets: A mí me ha pasado en alguna reunión. De ir con algún compañero del equipo y que se dirijan a él y que él tenga que pedir que se dirijan a mí. Y, si a ser mujer, le unes ser joven, ya… Pero no es algo que me llame la atención más allá de lo que veo que pasa a otros niveles. Está muy arraigado el sentimiento de que la mujer está por debajo o supeditada al hombre. La educación es primordial. Y, al menos aparentemente, no parece que la juventud que viene haya dejado atrás el machismo, sino todo lo contrario.
Maite: Se está haciendo una gran labor de sensibilización. Ahora hay que ver si surte efecto…
Amets: Creo que estamos adormecidos en muchos aspectos. Nuestros abuelos tuvieron que luchar por sus derechos, por una justicia social… o por que las mujeres estemos donde estamos. Pero hay mucho que hacer aún y no podemos estancarnos ni dar pasos hacia atrás.
Maite: Y el entorno musical tiene sus cosas buenas. Yo he estado en reuniones dando el pecho a mi hijo. No me imagino poder hacer algo (tan natural y humano, por otro lado) en reuniones de otros sectores. Creo que es un sector machista porque siempre ha estado dominado por hombres, pero, por otro lado, de fácil apertura al empoderamiento de la mujer. Y el día que las mujeres lideren esta industria, será más justa.
Amets: Esta industria… y el mundo, claro. Jajaja
