Más allá de ser compañero de esta casa (y estar al frente del programa La Hora Caníbal), el getxotarra Borja Crespo es uno de los tipos más talentosos, polifáceticos, currantes y carismáticos que hemos tenido el honor de conocer. Ahora está de actualidad por «Usted no es una persona normal», recopilación de artículos, relatos y pajas mentales ilustradas por lo más granado del cómic estatal, que hemos aprovechado para lanzarle unas cuantas preguntas… que van más allá de su libro, toda una oda a la cultura pop, al cine, al mundo digital y al onanismo
Seguramente, para más de uno (o para esa «mayoría social» de la que tanto se habla en esto tiempos de pactos electorales), Borja Crespo no sea más que un «friki«, el típico tío con greñas, barba y gafas de pasta que es fan de Star Wars y dibuja tebeos… o algo así. Un titiritero, vaya, como casi cualquiera que en este país se dedique al arte, las humanidades o incluso la comunicación (hola, qué tal). Sin embargo, el «ínclito» (como él mismo se autodefine en su programa de bi fm La Hora Caníbal) protagonista de este artículo no solo no es un «friki» (que, ojo, también -y a mucha honra-), sino que se trata uno de los tipos más talentosos, polifáceticos y currantes que uno ha tenido el honor de conocer. Y uno de los más carismáticos, qué narices -no hay más que escuchar su característica risa, honda y pausada («¡ja, ja, ja!«) para percatarse de ello-.
Director y productor cinematográfico («Neuroworld«), cortometrajista («Gárgaras«, «Snuff 2000«), realizador de videoclips (para Fangoria, Deluxe, Carlos Jean, Atom Rhumba…), realizador televisivo («La hora de José Mota«), ilustrador e historietista («Cortocuentos«), responsable de eventos culturales de toda índole (ha sido asesor del Festival de Cine de Málaga, director del Festival de Peñíscola y coordinador del FANT y del Salón del Cómic de Getxo, sin olvidar que está al frente del festival multidisciplinar Tracking Bilbao), DJ, escritor y no sé cuántas cosas más, Crespo está de actualidad por «Usted no es una persona normal«, su nueva obra en papel.
Editado por Libros de Autoengaño (no nos digan que el nombre no es genial), «Usted no es una persona normal» es una recopilación de artículos, columnas de opinión, relatos y, en definitiva, pajas mentales de todo pelaje ilustradas por lo más granado del cómic estatal (Pedro Vera, Moderna de Pueblo, Paco Roca, Mauro Entrialgo, Joaquín Reyes, Albert Monteys, Juanjo Sáez, David Aja, Fermín Solís, Mamen Moreu… ) que hará las delicias de todo aquel con un sentido del humor libre de prejuicios y barreras (gentes de bien, disclaimer: hay escatología y odas al onanismo), con gusto por la cultura pop y el cine (y, en particular, la ciencia ficción), o en contínuo conflicto con el mundo que nos ha tocado vivir, repleto de personas «normales» que interactúan incesantemente a golpe de post, like y share.
De todo ello hemos querido charlar con nuestro ilustre compañero, así que le hemos lanzado unas cuantas preguntas, cuyas respuestas puedes leer aquí debajo. ¡Ah! Puedes conseguir «Usted no es una persona normal» en librerías seleccionadas de Bilbao, Barcelona, Madrid, Sevilla, Granada y Zaragoza o, por tan solo 12 euros en www.librosdeautoengano.com
ENTREVISTA A BORJA CRESPO, PERPETRADOR DE «USTED NO ES UNA PERSONA NORMAL»
¿Qué es una «persona normal»? A mí, cuando alguien es catalogado de (o se autodenomina) «normal», me da bastante repelús… Pero, realmente, ¿lo es alguien? ¿O solo intentan aparentarlo de acuerdo a unos cánones?
Normal no somos nadie, afortunadamente, cada cual tiene lo suyo, y lo que a mi me puede parecer normal a ti no. Pero sí es cierto que hay una serie de convencionalismos sobre lo que tiene que ser normal, nos lanzan señales continuamente, desde que te levantas de la cama sufres el acoso de la «normalidad» establecida, y es un coñazo. Por ejemplo, el estado en el cual vivimos, por no decir país, no está pensando para vivir de manera individual e independiente. Ser autónomo es asumir un gran riesgo en la vida en todos los aspectos.
¿Te retratas en tus textos? Tras haber leído tu libro, ¿te conocemos personalmente más? ¿O estamos más despistados?
Quizá algo más, porque quedan expuestos mis pensamientos, pero hay mucho por descubrir de mí que puede que no muestre nunca, ¡ni a mi mismo! A veces me caigo mal…
¿Mejor que siguiéndote en redes? Hay quien piensa que conoce a alguien solo por lo que lee/ve en su Facebook o Twitter…
Pues craso error en mi caso porque a pesar de que escribo mucho, no hablo apenas de mi vida privada y soy de hacerme pocos selfies. Para algunos seré un soberano aburrimiento. Desde luego tengo claro que la gente se expone demasiado en las redes sociales. No es mi situación, aunque en algunos términos me moje y deje claro de qué pie cojeo, pero nadie sabe con quién vivo ni nada en ese sentido.
Pareces crítico con el uso que hacemos de ellas (de las redes), aunque tú las usas mucho… ¿Qué opinas de este mundo hiperconectado e hiperexhibicionista? Ya has escrito algún post al respecto y se te han lanzado al cuello…
Hay un texto que se titula «SOMOS CONTRADICCIÓN» donde me incluyo, porque critico las redes sociales a través de ellas. Pero son como toda herramienta, su buen o mal uso depende del ser humano. Somos nosotros lo que empleamos las herramientas de una u otra manera y no siempre acertamos. Es bueno aceptarlo.
¿Cómo es alguien «normal» en redes? ¿Cómo se comporta? Yo, por ejemplo, veo los Facebooks de antiguos compañeros de colegio… y son todos perfectamente intercambiables. Escriben los mismos posts, cuelgan las mismas fotos, tienen los mismos gustos, anhelos y desvelos… Supongo que ser «normal» es ser, ante todo, «previsible» y «standard». Vamos, un puto coñazo.
Eso es la normalidad establecida. Alejarte de los convencionalismos, cuestionar las cosas, reírte de todo y de ti mismo, forma parte de la «anormalidad» de la que estamos hablando. Aunque tuviese un gato no estaría todo el puto día colgando fotos del pobre animal por higiene mental, como no lo hago de mí mismo. Hay muy poca originalidad y mucha tontería. Pero nos retroalimentamos. La gente no colgaría ciertas imágenes una y otra vez si nadie les hiciera caso. Vivimos en una dictadura del gusto.
Te autorretratas como misántropo pero luego, en «el mundo real», das la impresión de ser una persona hipersocial, conoces y te relaciones con medio mundo… ¿Cómo casa esto? ¿O solo huyes de la «gente normal»?
Suelo decir que soy un misántropo afable, no me gusta el ser humano pero me encanta la gente. Otra de mis contradicciones. Importante aceptarlas, igual que nuestros límites, para poder alcanzar la sabiduría.
Muchos de los textos parecen estar escritos desde la furia. ¿Qué cosas te ponen realmente furioso?
Ruido y furia, amor y apocalipsis, pasión y masacre. Furioso es mucho decir. Me puede mosquear algo y por ello gruño, pero no insulto ni golpeo con algo que no sea la palabra, aunque a veces me den ganas. Aunque muchos textos sean arrebatos de crítica, en la vida real me lo paso muy bien y me río mucho. Escribir funciona como catarsis, igual que para algunos el porno. Te liberas y sonríes. Pero aparte de gruñir hay que actuar, ahí es donde nos cuesta más. A mi, por cierto, me gusta mucho utilizar la ironía, un bien en desuso y algo que cabrea mucho a los que no la entienden. Me gusta agitar al personal, buscar tropecientos pies al gato y ver las reacciones.
Sexo, cultura y comida. ¿Serían tus tres grandes pasiones? ¿En ese orden?
¿Hay algo más? Sí, la amistad por ejemplo… algo que culturalmente se está perdiendo. En el fondo todo es cultura.
En esto de la programación/agitación cultural, como en el rock, ¿se folla mucho?
Depende de si estás en Euskadi o no. Pero que no se entienda mal este comentario territorial, la culpa es también nuestra, más que de ellas. Lo he dicho antes: hay que aceptar nuestras contradicciones y limitaciones. Los vascos somos patéticos intentando ligar en nuestro territorio, por eso soy un vasco por el mundo.
¿Eres tan devoto onanista como uno deduce al leer el libro?
Me temo que no, aunque siempre defiendo que nunca hay que abandonar el onanismo porque es uno de los pocos signos de independencia que nos quedan.
¿No ha resultado orgásmico contar con tantos y tan buenos artistas ilustrando tus textos? ¿Por qué ellos? ¿Hay un rasgo general que une a todos los ilustradores que han participado en tu libro?
Un privilegio absoluto. Gracias a su colaboración el libro ha ganado enteros. Lo han salvado de la quema. Y no hay ningún rasgo en común salvo que les conozco y son unos artistas impresionantes. Tengo la fortuna de admirar a gente con mucho talento que además son mis amigos, y no únicamente de facebook. La gente del cómic es muy buena gente.
No parecen buenos tiempos para la ironía, el humor negro ni lo políticamente incorrecto… ¿Se llenarán las cárceles de escritores, viñetistas, cómicos, titiriteros o gentes de a pie (pero con Twitter) puñeteras con el sistema? Da un poco de miedo el panorama…
No se llenarán las cárceles de artistas, en el fondo no somos nadie, no valemos para nada en una guerra, pero sí deberían llenarse las calles de gente protestando por las injusticias que nos rodean a diario. En Euskadi hemos pasado de quemar contenedores a agitar las banderas de los equipos de fútbol. Un termino medio, por favor… ¡No es normal!