La película del mes este marzo son dos, realmente… más una serie documental en plataformas. A la francesa «Las ilusiones perdidas» se le suma la hispano-argentina «Competencia oficial» así como «Raphaelismo», ya disponible en Movistar+
Les juro que les iba a hablar de «El acontecimiento», oso de oro en Berlín y peli indie del año, pero la sufrí hace 48 horas en un pase en los Multis bilbaínos (se estrena este viernes 18) y he decidido hablar de algo que me haya gustado. Que lo hay y en abundancia. Así que vamos a reivindicar dos títulos estupendos, que pese a su brillo están pasando por cartel sin hacer el ruido necesario. Al lío.
«LAS ILUSIONES PERDIDAS»
Basada en un clásico absoluto de Balzac reverenciado por los franceses, su versión en imágenes ha recibido el aplauso en todos y cada uno de los festivales por los que ha pasado. Pero es que lo merece. La historia de un poeta rural, bisoño e idealista, que se acerca al París del siglo XIX y termina centrifugado por una montaña de nobles, prostitución, vino y estrenos teatrales está narrada con el pulso justo entre lo ampuloso y lo cínico.
Si bien la época que retrata (la eclosión del periodismo moderno, la publicidad y las críticas compradas) es apasionante, lo que cuenta y cómo lo cuenta interesa en todo momento. Además, el diseño de producción (decorados, vestuario) es simplemente apabullante. Si busca cine en mayúsculas, esto es caza mayor. Que no se le escape.
«COMPETENCIA OFICIAL»
Hay una parte del público a la que Antonio Banderas o Penélope Cruz les da pereza. No lo comparto, pero lo entiendo perfectamente. Si está en ese grupo, deshágase de prejuicios y salte sin paracaídas dentro de una de las comedias del año: se carcajeará.
El genial Óscar Martínez («El ciudadano ilustre», del mismo equipo que ésta) es un actor del método -un poco un José Sacristán- que tiene que compartir plano con un fucker latino (adivinen), dirigidos por la autora indie del momento, una monumental Cruz. A partir de aquí, las tripas del show business, productores catetos, egos desmedidos, momentos hilarantes y situaciones que cualquiera que haya pisado un festival de cierta entidad reconoce.
Cínica, afilada, real, «Competencia oficial» tiene pinta de ser el típico título que se revalorizará con el tiempo. Nosotros la recomendamos sin ambages.
Y EN PLATAFORMAS: «RAPHAELISMO»
Cuatro capítulos de 50 minutos no parecen demasiado para un crío de Jaén que lleva 60 años en la carretera (dato: los Stones llevan 59) pero, pese a la cantidad ingente de información que manejan, se revelan ligeros, frescos, como el propio Raphael. Vale que no se puede -ni se quiere- evitar el tono laudatorio (está Jesucristo, el Che y luego Raphael) y que se pasa de puntillas sobre sus problemas de alcoholismo en los 80, pero la serie termina siendo una celebración del arte libre, completo e hipnotizador. Y en eso, Miguel Rafael Martos Sánchez es el jefe. Imperdible.