Las películas de diciembre // Este mes recomendamos dos de miedo: la nueva de Osgood Perkins, que llega a cines este viernes 19; y «Devuélvemela», ya en plataformas y formato físico (Spoiler: Una funciona mejor… y da más cague que la otra)
Algo me falta al salir de ver «Keeper». Como cuando uno sale de viaje, se toca los bolsillos e intuye que no lo lleva todo. Y ya no es casualidad.
Saludado como el gran pope del terror contemporáneo, Osgood Perkins ya me la lió hace un par de temporadas con «Longlegs» (aquella película en la que Nicolas Cage parecía Bunbury huido del ‘Celebrities’ de Muchachada Nui) y este mismo año (febrero) con «The Monkey», la muy entretenida pero enésima adaptación de «La Garra», la que concede deseos pero jode vidas, en este caso encarnada por un inquietante monete con unos platillos.
Y llegamos a «Keeper» (que se estrena este próximo viernes, 19 de diciembre), historia clásica de cabaña en el bosque a la que va pareja a pasar típico finde romántico. Cena, manta, peli, amistad y lo que surja. Pero, oh, sorpresa, la casa guarda un secreto. Climática, con unos encuadres que subrayan el vacío de los espacios y provocan una extraña inquietud, con uno de los mejores epílogos de la temporada (unas imágenes que supuran puro mal rollo) a «Keeper» le falta algo, como ya sucedía en «Longlegs» y «The Monkey». Quizá sea, no lo sé, que uno entra con altas expectativas a un cine, el de Perkins, a pesar de que ya se ha demostrado que tiene más paja que grano.
Y no quiero ser injusto, porque, a un cierto nivel, «Keeper» funciona, entretiene, acojona y contiene una notable interpretación de su protagonista, Tatiana Maslany, pero, en su conjunto, desprende un aroma a déjà vu que lo hace trascender menos de lo esperado.
Y EN PLATAFORMAS: «DEVUÉLVEMELA»
Acaba de aparecer en formato físico y Apple TV una de las películas del año, de paso más bien fugaz por cines e incluida en estás fechas en muchos «top ten» de medios especializados. Hablamos de «Devuélvemela», una (esta, sí) pavorosa historia de posesiones que mezcla con insospechado tino el found footage con un tono de drama familiar casi documental que potencia la inquietud.
Va de una madre que quiere recuperar a su hija muerta (genial Sally Hawkins), punto de partida de una historia que recomendamos no ver de noche. Si lo hacen, tengan un pañal cerca.


