En este arranque de una nueva temporada teatral, recomendamos una función que ridiculiza hasta el extremo a los todopoderosos sin escrúpulos («Decadencia», en Basauri) y otra que ensalza la maternidad desmitificándola y sin caer en un solo tópico («La mejor madre del mundo», en Bilbao)
Steven Berkoff es un actor británico cuyo rostro seguro que te suena. Estuvo en «La naranja mecánica», en varias entregas de la saga Bond y, más recientemente, en la serie «Vikingos». Pero, además de intérprete, también es dramaturgo. Hace tres décadas escribió su obra «Decadencia», un ácido y casi insultante retrato de lo peorcito de la clase alta: los vividores a los que les sobran los millones y les faltan por igual escrúpulos y neuronas.
Ahora, esta interesante propuesta se ha montado en castellano gracias al empeño del gran actor Pedro Casablanc, que ha ejercido no sólo de impulsor del proyecto, sino también de director y protagonista. Llegará al Social Antzokia de Basauri el 24 de septiembre.
Desde su estreno a principios de este año, no han sido pocos los compañeros críticos (ni los espectadores) que han puesto verde la obra, principalmente por un guion que han calificado de soez y pobre. Estoy de acuerdo con lo primero: sí, el texto es burdo, a veces mucho, pero eso es algo claramente buscado y trabajado. Y respecto a lo de pobre, para nada, ya que posee una estructura y un ritmo cuidadísimos, llenos de cómicas rimas. De hecho, la traducción al castellano ha sido realizada por el poeta y escritor Benjamín Prado, que ha mantenido el dinamismo y la musicalidad del texto original apostando por la mezcla de pareados (esas estructuras poéticas sencillas de 2 versos) y alejandrinos blancos (versos de 14 sílabas, con métrica pero sin rimas).
Tras esa conseguida apariencia de liviandad y frivolidad, «Decadencia» presenta un atinado y cruento repaso a los usos y costumbres de esa gente todopoderosa clasista, racista, desalmada, depredadora, egoísta… ¿Sigo? Esas personas tan distanciadas del mundo real que sólo están preocupadas en torno a qué capricho van a tirar él próximo fajo de euros.
Pero quizá «Decadencia» sí se queda algo limitada en la trama y la enjundia de lo que plantea. Porque, aunque hay un argumento y unos personajes, no son lo realmente importante. Y porque las reflexiones que hace son, en realidad, siempre la misma: lo repugnante que resulta esa gentuza para la que los simples currelas no valemos nada.
Pero es que «Decadencia» tampoco aspira a ser un tratado sociopolítico. Sólo, y no es poco, es un divertidísimo ejercicio de ridiculización de toda esa casta, planteado con un ritmo hiperágil y con un aire cabaretero al que contribuye tanto el uso de la música como las actuaciones de Casablanc y su coprotagonista, Maru Valdivielso. La apuesta por unas interpretaciones que rozan el límite de lo bufonesco funciona, y la compenetración entre ambos se transmite al patio de butacas. Se palpa que disfrutan juntos trabajando y, cuando en una obra se logra eso en el escenario, para el espectador presente en la sala vale oro.
No sé qué pensarás tú, pero a mí me parece que no hay que perder ocasión de despreciar a ese tipo de personas sin escrúpulos pero con más dinero, contactos y oportunidades de las que los mortales jamás tendremos. Por eso defiendo esta «Decadencia» que nos deja claro que a lo único a lo que esa gentuza tiene miedo es a que el resto, los para ellos miserables, nos unamos y ataquemos. Y eso es lo mejor de «Decadencia», que sale uno del teatro con ganas de pararles los pies y reventarles los privilegios a esas sanguijuelas. Y buena falta nos hacen acicates así, la verdad.
AY, MAMÁ
Pero por no terminar este mes llamando a quemar las calles, apuntemos una recomendación más y cambiemos radicalmente de tema. «La mejor madre del mundo», recreación teatral que ha escrito y dirigido la bilbaína Juana Lor sobre el conocido libro de Nuria Labari, vuelve a reponerse un año después de su estreno. Y algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿no? Estará en cartel en Bilbao desde el 23 de septiembre al 16 de octubre. Así que si aún no has visto, acércate a Pabellón 6 sin falta.
Como ya os hablamos largo y tendido de ella en 2021, de hecho la incluimos en nuestro top de las 10 mejores obras del año (aquí, crítica completa), ahora solo apuntaremos que la novedosa desmitificación del eterno tema de la maternidad (sin concesión alguna a ñoños tópicos estilo Mr. Wonderful) que planteaba el libro se mantiene. Aquella mezcla de autoficción, reflexión, humor y pasajes poéticos, de hecho, se presenta en escena más cohesionada y dinámica gracias a la labor de Lor. La guinda la ponen la protagonista, Leire Ucha, con una desarmante naturalidad que cautiva, y los múltiples personajes secundarios a su alrededor. ¡No se la pierdan!