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Puro teatro (diciembre): “Una noche sin luna”, la obra del año

El montaje de Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta sobre Lorca regresa este mes a Euskadi. En resumen: ¡Saca tu entrada ya!

"Una noche sin luna" // Sergio Parra
El montaje de Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta sobre Lorca regresa este mes a Euskadi. Se podrá ver en Vitoria (donde tuvo su estreno absoluto hace justo un año), en Ermua y en Basauri. Si no quieres seguir leyendo esta crítica, te la resumimos en 4 palabras: ¡Saca tu entrada ya!

Cuando el pasado 6 de de febrero salí del Arriaga de Bilbao de ver «Una noche sin luna», presentí que acababa de asistir a una de las mejores obras de teatro de este 2021. Si no la mejor. Y eso que sólo llevábamos 5 semanas de año… Ahora, 10 meses después (y unos 70 montajes vistos más tarde), puedo aseguraros que no me equivoqué con aquel presentimiento. Así lo certifica el Premio Nacional de Teatro que se le otorgó a Juan Diego Botto el pasado septiembre (por demostrar con esta obra «su naturaleza de hombre de teatro integral como dramaturgo e intérprete», así como «la enorme vigencia que el discurso lorquiano posee en la actualidad»). Y así lo certificarán los muchos galardones más que, auguro, se va a llevar en próximos meses (aquí va nuestra apuesta: como mínimo, los MAX 2022 a Mejor Actor y Mejor Espectáculo de Teatro y, quizá, también el de Mejor Dirección de Escena -para Sergio Peris-Mencheta-).

Pero antes de que eso ocurra, vamos a lo que nos ocupa: La obra regresa este diciembre a Euskadi como inmejorable colofón al año teatral. Estará el día 16 en el Principal de Gasteiz (donde tuvo su estreno absoluto en noviembre de 2020 -zorionak a sus programadores por el buen ojo-) y los días 29 y 30 en Ermua (Ermua Antzokia) y Basauri (Social Antzokia), respectivamente. Si no quieres seguir leyendo esta crítica, al menos toma nota: No te la pierdas, ¡saca tu entrada ya!

Hace poco leí en Twitter: «Si esta obra no te emociona, no tienes corazón». Y no puedo estar más de acuerdo.

Escrita por el propio Juan Diego Botto y sólo con él en escena dando vida a Lorca, nos cuenta la vida -y la muerte- del autor granadino. Mil y una veces se han reinterpretado sus obras, escritos y declaraciones; mil y una veces se le ha querido homenajear empleando sus propios textos. Pero jamás se ha hecho como en «Una noche sin luna» (o, al menos, jamás lo he visto yo con este nivel de emoción y excelencia; y de fidelidad histórica, que eso también es importante). El propio poeta sale a escena y, durante una hora y 40 minutos, nos desarma desnudándose a través de sus palabras reales, extraídas de la numerosa documentación empleada en el proceso de dramaturgia.

Juan Diego Botto, lorquiano // Marcos G.

En primera persona, Lorca repasa sus andanzas, recuerda anécdotas, expone sus planteamientos políticos y sociales… Y el público no puede evitar enamorarse de un personaje irrepetible, brillante y carismático, que Botto hace de carne y hueso ante nuestros ojos con la maestría que sólo los más grandes despliegan sobre el escenario. Es impresionante lo que hace el actor: no interpreta a Lorca, ‘es’ Lorca durante la función. Con él conocemos y con él compadecemos (en el sentido de ‘compartir el padecimiento’) la historia truncada de un genio maltratado por España (no olvidemos que su cadáver sigue perdido en alguna cuneta).

También hay que destacar el original y llamativo trabajo de la otra pata de «Una noche sin luna»: el director, Sergio Peris-Mencheta. Ya había demostrado ser uno de los grandes del teatro español actual (sus adaptaciones de «Lehman Trilogy» o «Incrementum» fueron un derroche de creatividad) y ya había demostrado hacer buenas migas teatrales con Juan Diego Botto («Un trozo invisible de este mundo»). Pero en esta ocasión se supera, convirtiendo lo que no deja de ser un monólogo en toda una aventura que recorre la Historia de España desde los primeros años del siglo pasado hasta nuestros días. Con una aparentemente sencilla tarima compuesta por grandes tablones de madera como punto de partida, ha concebido una caja de sorpresas incesantes de atrezo y escenografía con las que Botto termina componiendo una verdadera coreografía que, casi casi, le exige dotes acrobáticas. No desvelaremos aquí mucho más para preservar el encanto; sólo adelantamos que Peris-Mencheta hace el viaje aún más apasionante, y que el final es tan bello como apoteósico.

Botto y Peris-Mencheta // Marcos G.

¿He dicho ya que no hay excusa para perderse «Una noche sin luna»? Recuerda: 16 de diciembre en Vitoria-Gasteiz y 29 y 30 de diciembre en Ermua y Basauri. Los compromisos en el cine de Botto y Peris-Mencheta mantendrán la gira en suspenso hasta septiembre de 2022, así que aprovecha ahora para ver la mejor obra de teatro de este 2021; una obra que, en 105 minutos, resulta mucho más instructiva (y, por supuesto, contiene mucha más emoción) que ese buen puñado de clases de instituto dedicadas a Lorca, a la Generación del 27 y a la Guerra Civil.

Una obra que, además, nos muestra como en un inquietante espejo los riesgos a los que ahora, en pleno siglo XXI, nos enfrentamos con el regreso a la esfera institucional de la extrema derecha. Sí, debería empezar a entrarnos miedo…

 

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