La Sala BBK de Bilbao recupera su primera producción propia en 2021: la versión libérrima del clásico de Lorca (sin una sola palabra de Lorca) de la directora y dramaturga bilbaína María Goiricelaya. Ane Pikaza protagoniza un intenso viaje emocional con la (no-)maternidad como telón de fondo. En BI FM ya incluimos esta obra en nuestro Top 3 de Mejore espectáculos teatrales vistos el pasado año. Ahora que vuelve a la cartelera (Bilbao, Santurtzi, Barakaldo, Sopela…), vamos con la crítica completa
«Y los niños, ¿pa’ cuándo?». Cualquier pareja heterosexual y, sobre todo, cualquier mujer, puede atestiguar que la dichosa preguntita se repite como un soniquete permanente en su día a día. Aunque quien la hace, probablemente, ni siquiera es consciente, la pregunta de marras se las trae. No sólo es machista, por seguir imponiendo a la mujer la que durante siglos se ha considerado su principal (si no su única) función en la sociedad: procrear. Es que, además, es insultantemente reduccionista (e indiscreta, claro): Puede que esa mujer no tenga ningún interés en tener descendencia; puede, incluso, que le sea físicamente imposible engendrar vida; o puede que ni siquiera se haya planteado si quiere ser madre.
Y tú dirás: Obvio, la maternidad no es preceptiva para dar sentido a la vida de toda mujer. Ya, pero sea como sea, como sociedad nos las hemos apañado para, en pleno siglo XXI, seguir haciendo sentir a las mujeres que, en el fondo, algo de eso hay; que si no son madres están de alguna manera «incompletas» o «defectuosas» y son «menos mujeres».
Lorca, que era un lince en eso de enfrentarnos a nuestras miserias micro y macromachistas a través de su teatro, ya expuso este tema en 1934 en su celebrada «Yerma», la historia de aquella mujer que no podía tener descendencia a pesar de que eso parecía ser lo único que podía dar sentido a su vida. Como poco parece haber cambiado en estos casi 90 años, María Goiricelaya ha querido ahora retomar aquel personaje para, más que adaptar el texto, crear una obra totalmente nueva. Porque, aunque se titule igual, su «Yerma» (de la que es tanto autora como directora) en realidad sólo conserva el espíritu y la idea germinal de Lorca, pero ni una sola palabra de su libreto.
Por tanto, doble riesgo el que enfrenta con «Yerma» la más hiperactiva dramaturga vasca actual (decimos ‘hiperactiva’ porque en dos años ha estrenado cuatro obras -todas, en dobles versiones: castellano y euskera-; y en los últimos dos meses ha sido elegida por el Centro Dramático Nacional para una residencia de creación y por el Festival de Olite como codirectora artística -junto a su socia, y protagonista de «Yerma», Ane Pikaza-). Por un lado, el riesgo de recuperar una vez más una obra de Lorca (¿en serio es necesario?). Por otro, el de descontextualizar un icono lorquiano para traerlo al Bilbao de nuestros días (estos ‘experimentos’ casi nunca cuajan).
CRÍTICA DE «YERMA», DE MARÍA GOIRICELAYA (producción de Sala BBK Bilbao)
Pues bien, María sale más que victoriosa de ambos retos con esta «Yerma» suya que estrenó en euskera y castellano el pasado septiembre y que, en BI FM, ya elegimos como una de las tres mejores obras vistas en 2021. Y es que no sólo prueba su tesis de que aquel 1934 no es tan diferente a este 2022 (quizá la presión sobre ellas es incluso mayor todavía ahora), sino que alumbra un renovado, fascinante y verosímil personaje que, sí, vale, está sacado del imaginario de Lorca, pero en julio se sube a Kobetas al BBK Live a tomarse sus buenos copazos.
Sobre las tablas, es la ya mencionada Ane Pikaza (50% de la compañía La Dramática Errante junto a María) quien carga con todo el peso de la función (que es mucho). La actriz, con un carisma incontestable, consigue llevar al público de su mano en todo momento, haciéndole vivir el intenso viaje emocional que experimenta su personaje en esa desesperante búsqueda de una maternidad ¿anhelada? ¿impuesta? ¿meditada? ¿necesaria? En torno a Ane orbitan un poderoso y convincente Aitor Borobia -como su pareja- y una solvente Leire Orbe -como su hermana y varios personajes más-. Una pena que la función no reserve más momentos de lucimiento para Loli Astoreka -la madre- y Unai Izquierdo -amigo y ex-, cuyos secundarios quedan algo deslavados en el conjunto de la trama. Esa sería, junto a las discordantes y reiterativas voces en off, la única pega que le pondríamos al montaje.
Pero volvamos a los aciertos. Otro de los grandes es la original configuración del espacio escénico. Sobre el escenario, el altillo de la casa de la protagonista, en el que tiene su estudio, pues es una reputada artista. En el mismo patio de butacas (pero sin butacas para la ocasión), el salón del domicilio, donde se desarrolla el grueso de la acción con parte del público alrededor, a la misma altura de los intérpretes. Esta peculiar disposición sólo se mantiene en las funciones que tienen lugar en la Sala BBK de Bilbao (en la gira, toda la acción subirá al escenario y se recuperará la estructura a la italiana) y es posible gracias a que se trata de una producción propia del local (de hecho, fue la primera -ahora ya hay otra en marcha, en este caso una ópera-; zorionak desde aquí por tomar la iniciativa de, además de programar, apoyar la creación).
Así que, aunque la vida de esta «Yerma» acabe de empezar (no llega aún a la decena de representaciones) y se vaya a poder ver en otros muchos teatros (en febrero en Santurtzi -día 4-, Lezo -13-…; en marzo en Durango -día 5-, Sopela -11-, Barakaldo -19-, Elorrio -25-…), os recomendamos encarecidamente que aprovechéis la ocasión de verla este mes de enero en la misma Sala BBK para la que fue concebida originalmente. Estará en cartelera, en su versión en castellano, los días 28, 29 y 30 (19:00 h.), ya con menos de 40 entradas por día disponibles en el momento de escribir estas líneas. Sí, claro que se van a agotar, así que si te interesa, haz click aquí y reserva la tuya. Prometemos que te espera una experiencia teatral de esas que te dejan varios días dándole vueltas al coco.
Ah, y recuerda, la próxima vez que te encuentres a alguna conocida de la infancia ya sabes sobre qué tema no procede preguntarle…