El último Consejo de Ministros del mes de febrero ha aprobado poner límite a la financiación colectiva por Internet, que tendrá un tope de 3.000 euros por proyecto y 6.000 euros por año para cada plataforma en la Red
Ataque frontal al ya popular «crowdfunding» o «micromecenazgo» por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. El último Consejo de Ministros del mes de febrero ha aprobado poner límite a la financiación colectiva por Internet, que tendrá un tope de 3.000 euros por proyecto y 6.000 euros por año para cada plataforma en la Red. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha anunciado esta medida, incluida en el anteproyecto de ley para el Fomento de la Financiación Empresarial. Y por qué, os preguntaréis. Pues porque el crowdfunding se escapa al control bancario, así de simple. En palabras de De Guindos, se trata de «una propuesta preliminar de regulación en la que se fijan las condiciones para el funcionamiento de este nuevo sistema«, tal y como recoge Público.
La decisión responde, según el ministro popular, a la intención del Gobierno de adecuar el funcionamiento del sistema conforme al de «otros países de nuestro entorno» y, en la práctica, supondrá una forma de control administrativa en la relación directa que se ha venido estableciendo entre plataformas web y consumidores, sin intermediarios. A todas luces, el Ejecutivo no lleva demasiado bien que artistas o asociaciones vayan por ahí financiando su obra o proyecto (a menudo, con fines solidarios) sin que los «agentes bancarios» se lleven un pellizco. Como De Guindos ha manifestado, el crowdfunding se salta a la torera «todos los cauces habituales» y, claro, se han disparado las alarmas al comprobar que la financiación colectiva era ya una realidad consolidada, con mil y una iniciativas llevadas a buen puerto gracias a las aportaciones de particulares o empresas.
A partir de ahora, ya saben, a hacer las cosas «como Dios manda«, es decir, pasando por su banco de confianza (sí, el mismo que le vendió las preferentes a su abuela) para solicitar un crédito. Después, todo será encomendarse a la Virgen (la misma a la que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, concedió esta semana la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía por su «dedicación, desvelo, solidaridad y sacrificio«). Si es que no hay nada como las cosas bien hechas.
