Más que un concierto de los de Chicago, lo que se había programado ayer en la feria de muestras vizcaína era un minifestival en el que, paradójicamente, el nombre supuestamente más pequeño (el trío de Lekunberri, los que jugaban en casa) fue el que más alto resonó. Nos lo cuenta nuestro redactor Óscar Díez, en un texto acompañado de fotos de Sergio Martín
Los dos conciertos programados de Rise Against en Barakaldo (ayer domingo 4 de octubre) y Madrid (mañana martes día 6) se habían convertido, finalmente, en un minifestival. A los de Chicago se habían sumado, como teloneros, los suecos Refused, y como «teloneros de los teloneros», los navarros Berri Txarrak. Tres bandas en un mismo escenario, jerarquizados supuestamente por tirón. Supuestamente… Porque, al menos anoche en el Bizkaia Arena del BEC!, lo que finalmente ocurrió es que fueron los que jugaban en casa y abrían la noche, los que arrasaron y los que más convencieron: los del tamaño de letra pequeño en el cartel, por la puerta grande. Nos lo cuenta nuestro redactor Óscar Díez, en un texto acompañado de fotos de Sergio Martín.
«Felices» por la aparente abolición de la ley antitabaco en lugares cerrados de Barakaldo (dentro del Bizkaia Arena del BEC! fumó todo el que quiso; sustancias legales y no), nos posicionamos óptimamente para ver a la, quizá, banda más internacional que hay ahora mismo en Euskal Herria: Berri Txarrak. Hoy día los de Lunkunberri son una apuesta segura que no falla nunca y que arrastra a un caudal infinito de treintañeros, como quedó demostrado el pasado domingo. En 62 minutos, el trío sonó profesional, correoso y con pegada, recordó con respeto a Íñigo Cabacas (el seguidor del Athletic Club fallecido tras un pelotazo de la Ertzaintza) y sorprendió a sus fieles con una redonda aunque improvisada e inesperada versión del electropopero «Time To Pretend» de los neoyorkinos MGMT. Así, como suena.
Gorka Urbizu, líder de Berri Txarrak // Sergio Martín
Flanqueados por un decorado de edificios de cartón piedra y con la portada de su último trabajo al fondo (¿un guiño a Pink Floyd?), Berri Txarrak dieron un bolo incluso mejor de lo esperado, espoleados por abrir la noche para sus amigos de Chicago. De hecho, el propio Tim McIlrath, líder de Rise Against, apareció en escena para acompañarlos en el tema «Denak ez du balio». Estampa impagable, uno de los momentos memorables de la noche que se repetiría a la inversa después…
Y lo de que los navarros arrastran multitudes quedó claro cuando después salieron Refused. Un millar de almas se habían pirado a por bocadillos y era facilísimo alcanzar las primeras filas con el público poroso. «Ha llegado la hora, escapar es imposible«, escupió en ingles la megafonía del BEC! Apabullantes, con un sonido portentoso, aparecieron Refused, una banda de rock con gónadas y actitud que, desde el minuto uno, parecían haber pisado un cable eléctrico. Con cero efectismos, con las luces justas -en esto nos recordaron a Black Crowes, otros que no necesitan circo para actuar- los suecos tocaron tan solo 55 minutos pero, como sucede cuando algo es bueno, no hubo ni un solo lamento. Al contrario, la gente salió comentando lo enorme que es como frontman Dennis Lyxzen (foto derecha por Sergio Martín), que lanzaba el micro al aire y lo cazaba dando saltos imposibles. ¡Jo! Aún recordamos el brutal concierto de los (International) Noise Conspiracy de Lyxzén al poco de abrir el Kafe Antzokia bilbaíno… Entonces, él tenía 15 años menos y saltaba 2 palmos más. Bueno, como servidor…
De izquierdas se autoproclaman los Rise Against. Como dato diremos que las entradas para verlos en el BEC! costaban 45 euros y las del Barclaycard Center madrileño (donde la misma terna toca mañana martes), 60. Menos mal que la banda es de izquierdas… Parece ser que también son veganos. Pero visto lo visto, cualquier día nos los cruzaremos en una sidrería. Es broma; los de Chicago, la única banda con derecho a bis de la noche (que para eso eran cabeza de cartel en este minifestival) dieron un bolo profesional y aparente, si bien sin poso, con poco alma. Como habíamos adelantado, uno de los momentos destacables llegó cuando el Berri Txarrak Gorka Urbizu se unió a la banda para hacer juntos su «Black Masks And Gasoline».
Tim McIlrath (Rise Against) // Sergio Martín
Apoyados por un decorado mesiánico, con letras descomunales y continuos mensajes buenrollistas a su -numeroso y juvenil- público, el hardcore melódico fácil de digerir de Rise Against (a la derecha, su guitarra, Zach Blair) nos provocó las mismas sensaciones que hace un lustro en el monte Kobetas en su paso por Bilbao BBK Live 2010. Todo es muy MTV, está muy medido, no suena mal… Vamos, que a la media hora no recuerdas lo que has visto. La banda además cayó en un error imperdonable: tocar dos baladas en los bises. Es decir que los que no estábamos muy convencidos… salimos aburridos. Con todo y en conjunto, fue un «festi» estimulante y recomendable, con sonido notable, con mucho público pero cómodo de ver. Y con cerveza carísima; un clásico. Lo dicho, que mañana, martes 6 de octubre, repiten en Madrid en lo que (ya sí englobado con un nombre festivalero) han llamado B.A.D. Nights, un ciclo mensual con tres grupos por noche que tiene su pistoletazo de salida con este trío de bandas rockeras de muy distinto pelaje.
