El festival Soul4Real alcanzaba el pasado sábado (17 de octubre) su XXII edición. La cita contó con la visita de uno de esos grandes -aunque quizá sí, de acuerdo, de la segunda fila- del soul. Kirkland, que actuaba por primera vez en su vida fuera de EE.UU., solo necesitó 90 minutos y 15 canciones para demostrar por qué el certamen le había elegido en este 2015 como único portagonista de su cartel. Allí estuvo nuestro redactor Óscar Díez, que nos lo cuenta en un texto acompañado de fotos de Dena Flows
El vigesimo segundo festival vizcaíno -ahí es nada- Soul 4 Real, nos trajo el sábado pasado (17 de octubre) a un KafeAntzokia con buenisima entrada, a una leyenda del soul: Mike James Kirkland. Sí, vale, leyenda del soul de segunda fila pero, ojo, leyenda al fin y a la postre. Como siempre, muchos guiris -el propio festi tiene un pack con vuelo+hotel+entradas; esto nos lo contó el ilustre «Pato»-, mucho público de margen derecha (del que no va nunca a conciertos… y habla todo el rato y a gritos, pero eso lo dejamos para otra cronica) y mucho aficionado solvente y habitual; con media de edad, eso sí, por encima de la cincuentena. El soul es así.
Quince minutos despues de la hora prometida y presentado con gracia por Igu Allnighter -en inglés y castellano, tope eurovisión, sí-, arrancó el gran Mike James Kirkland. Con hechuras y voz a lo Marvin Gaye, a lo largo del show se cambió tres veces (¡tres!) de indumentaria. Dulzón, pero nunca empalagoso, resultó sedoso en los medios tiempos -el grueso del concierto, Kirkland nunca fue James Brown, era otra cosa- y se salió las pocas veces que rozó el funk (nos acordamos de las blaxploitation tipo «Shaft vuelve a Harlem» y similares) empujado por un bandón de 14 profesionales -no veíamos tal despliege desde Gloria Gaynor en la extinta sala Rock Star de Barakaldo, pero aquella era otra liga-. Curiosamente, la mayoría de los miembros del grupo eran patrios, de bandas como Aurora And The Betrayers o Hot Wok: percusión, flauta y, creánselo, terceto de cuerda.
Sorprende que Mike James, que militó en Mike & The Censations (alcanzó con ellos sus únicos dos Top 50 en R&B -pero, ojo, en la época dorada del asunto: los sesenta-) y que solo publicó dos vinilos en los setenta («Hang On In There» y «Doin’ It Right«) se haya mantenido en activo en una forma tan óptima, musicalmente hablando, y que incluso luminarias como John Legend -esto lo contó con orgullo el mismo Kirkland- hayan hecho hace un lustro covers de su «Hang On In There».
Para esta la primera actuación fuera de EE.UU. de su vida (comentó: «He estado aquí y allá, sin parar, pero siempre dentro de mi país«), Kirkland escogio un set cerrado de noventa minutos y unas quince canciones, de sonido pulcro meloso y acerado. Cuando terminó, sorprendido por la salva de aplausos y la continua peticion de bis, espetó: «Bueno, tocaré dos más, pero tendremos que repetir alguna, si no les importa«. Y, obviamente, no nos importo. El gran soul, qué placer.