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Música

Shinova: “La industria musical genera mucho dinero y está muy descubierta”

La banda Shinova

La banda actuará este próximo viernes, 22 de mayo, en la Sala BBK de Bilbao, dentro del ciclo BBK Sala Etxean. Será sin público, pero podrá seguirse online.

Shinova
La banda vizcaína actuará este próximo viernes, 22 de mayo, en la Sala BBK de Bilbao, dentro del ciclo BBK Sala Etxean. Un concierto que podrá seguirse online y que será el único remunerado del grupo en estos tiempos de confinamiento. Hablamos con Gabriel de la Rosa, su vocalista

El pasado abril, en pleno confinamiento, Shinova lanzó nuevo single, «Ídolos (Los mejores momentos están por llegar)», el adelanto del que, a finales de año (¿noviembre, finalmente?) será todo un disco de estudio, el sexto de la trayectoria de la banda vizcaína, que llegará dos años después del anterior, “Cartas de navegación” (Warner Music).

De inicios metaleros y más dados al riff que a la melodía, el grupo finalmente encontró su hueco en la escena indie, en la que no ha dejado de hacerse un nombre a medida que se sucedían sus participaciones en festivales y llenaban unas salas de conciertos que, cerradas hoy por aquello del coronavirus, echan en falta himnos tan coreables como «Niña kamikaze», «Mirlo blanco», «Qué casualidad» o «El álbum».

Unas canciones que, sin embargo, sí que podremos escuchar en directo dentro de bien poco, esta misma semana, en uno de esos recintos que, en condiciones normales, estaría a rebosar de eventos y espectadores. Hablamos de la Sala BBK, en Bilbao, gracias a cuyo ciclo BBK Sala Etxean (impulsado por la Obra Social BBK) hemos podido seguir, online, actuaciones musicales o teatrales de artistas vascos como Mikel Erentxun, Izaro, Belako, Gurutze Beitia, Maribel Salas, Gari, Álex Ubago, Jon Plazaola…

Así, el próximo viernes, 22 de mayo, tienes una cita a las 22:00h con Shinova en la sala BBK. Pero desde casa, recuerda. Conéctate a la web de la sala (en la pestaña habilitada para cada una de las citas) o a la cuenta de YouTube de TeleBilbao (donde luego quedarán colgados todos los espectáculos), o al propio canal de televisión, y sigue en la distancia este concierto tan especial. Como aperitivo, esta charla con Gabriel de la Rosa, vocalista del quinteto.

¿Qué tal has llevado el confinamiento?

Lo llevamos, que no es poco, con muchas canciones en las que trabajar, un disco nuevo a la vuelta de la esquina… hemos tenido la cabeza ocupada, así que ni tan mal.

¿Os ha dado pie la cuarentena a componer o a darle vueltas a ideas?

Nos ha dado pie a trabajar en la distancia, que nunca lo habíamos hecho. Somos una banda muy de local, muy de trabajar pegaditos, así que hemos tenido que reaprender.

Y habéis lanzado un nuevo single en medio de todo este jaleo.

Sí, solo se retrasó unos pocos días, salió cuando estaba programado, y ha ido muy bien. De hecho, nunca una canción nuestra había tenido semejante acogida. Va por 350.000 escuchas en cosa de un mes. Ha sido una alegría en medio de esta situación tan complicada.

Y esta semana, concierto a la vista. Concierto remunerado. Un oasis en medio del desierto.

Eso es. Una oportunidad también para volver a un escenario, tocar y recordar lo que es eso. Hacía muchos años que no estábamos tanto tiempo sin dar un concierto real.

¿Quiénes vais a ir? ¿Cómo habéis ensayado?

Tengo la suerte de que Erlantz, mi hermano, y yo hemos pasado la cuarentena muy cerquita, así que hemos tenido mayor facilidad para ensayar. Hacerlo online es difícil, ya que las conexiones no suelen ir sincronizadas… Iremos ambos este viernes.

Belako nos dijeron hace unas semanas que no pudieron evitar abrazarse al reencontrarse. Y eso que luego dicen que los vascos somos más fríos, menos de contacto físico. Con relación al público, tiene que ser raro dar un concierto sin su presencia física, si feedback.

Y tanto. Allá por febrero, hace muy poquito, tocamos en la propia sala BBK, completamente llena. El contraste va a ser muy grande, nos van a venir a la mente muchos recuerdos y momentos bonitos, quizá se haga un poco raro, pero vamos a volver a estar ahí, por lo que no deja de ser una ventanita que se abre, un poco de luz en medio de un periodo de oscuridad.

Vosotros lleváis larga trayectoria, pero ha sido el directo el que os ha catapultado en el último lustro. Aún recuerdo aquella gira presentación de Sonorama, hace tres años… ¿fue un antes y un después?

Sí, fueron momentos en los que nos conoció mucha gente, empezamos a notar un antes y un después. A Sonorama le debemos muchas cosas, ya desde aquella gira, pero también por tocar en la Plaza del Trigo o por las dos veces que lo hemos hecho en el escenario principal del festival. La segunda la colgaron hace poco en su web y fue una pasada vernos desde casa, en pleno confinamiento.

La banda Shinova

Con ganas de juntarse

También os pudisteis dedicar 100% a la música. Vivir de ello. ¿Qué vais a hacer ahora sin festivales?

Atracar bancos (risas), aunque se puede dar la situación de que lo hagamos y suene una canción nuestra en el hilo musical, eso sería gracioso. La verdad es que hemos tenido hasta hace nada otros trabajos, que compaginábamos con nuestra pasión, que es la música. En el último año, gracias al buen trabajo de nuestra oficina y a los muchos kilómetros que nos hemos metido, se ha convertido en nuestra profesión casi sin darnos cuenta. Ahora, pues no sabemos, estamos como todos en la industria musical. Nadie sabe muy bien hacia dónde va a tirar todo, pero con la ilusión y la esperanza de que se salga de ésta más pronto que tarde. Nosotros seguimos trabajando y marcando equis en las fechas de la misma manera. Después, lo que esté en nuestra mano lo haremos con el mayor de los cariños.

Mucha gente depende de que vuelva a haber conciertos. No solo las bandas.

Hay muchas maneras de vivir de la música. Nosotros hemos escogido tener un grupo, hacer canciones y tocar muchísimo. Con suerte y dando los pasos adecuados, aunque darlos no te asegura nada si no tienes suerte, hemos llegado a este momento tan bueno. Nuestros dos últimos años han sido de mucho trabajo y sacrificio, pero no solo nosotros nos lo hemos currado. Técnicos, promotores… hay tanta gente… todos estamos en el mismo barco. Esta industria genera mucho dinero y ahora mismo está muy descubierta.

Tenéis dos etapas muy diferenciadas. No sé si seguís manteniendo seguidores de los inicios metaleros. O si vuestros actuales fans conocen aquellos primeros años.

Pues fíjate que hay mucha gente que nos seguí al comienzo y que ahora seguimos viendo en los conciertos. Es algo curioso y bonito, porque al final la música es música. Empezamos haciendo metal y viendo cómo funcionaba esto. Fue una época de mucho aprendizaje de la que no cambiaría nada. La música ha de entenderse de una manera amplia, más allá de la distorsión de un amplificador. Hemos tenido una línea coherente y hemos hecho lo que hemos querido hacer en cada momento.

Tu voz sigue bebiendo de aquella primera época. La entonación, la potencia con la que la proyectas, puede ser un signo diferenciador dentro de la escena pop.

Mi madre me lo dice también (risas), así que supongo que será verdad. Es superimportante encontrar tu espacio, tu identidad, pero no solo por la voz. Hay elementos en nuestra música, que pueden ser un simple arpegio, que ya relacionas con Shinova. Que nos reconozcan es un logro para nosotros.

La banda Shinova

Shinova: identidad propia

Más allá de preguntarnos a quién le gusta Shinova… ¿qué le gusta a los miembros de Shinova?

Por suerte, somos cada uno de una madre. Bueno, menos mi hermano y yo (risas), pero incluso en nuestro caso bebemos de aguas muy distintas. Cuando ponemos lo que escuchamos en nuestra casa en común, donde nos encontramos es donde surge nuestra música. Es lo curioso y enriquecedor. Yo acabo de estar escuchando a Lana del Rey, ayer a The National… no sé. Nuestro guitarrista Dani es un loco del jazz, un fanático absoluto. Y seguro que tenemos elementos que beben de ahí.

¿Cómo será el concierto?

Acústico, muy calmado, pero esperamos que llegue a la gente, que lo disfrute y que sea la antesala de conciertos con público, que llegarán cuando no sea un riesgo ni para ellos ni para los trabajadores.

¿Hemos de ser optimistas?

Hemos de ser realistas. Estamos viviendo algo que ninguno de nuestra generación habíamos vivido. Y, como el pesimismo no ayuda, vamos a tirar de optimismo. Es momento de estar unidos, de hacer las cosas bien, de seguir las normas, de respetarnos y de evitar el conflicto y la crispación.

Shinova, en casa // Sala BBK

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