Menos de 10 meses después de su última visita a la capital vizcaína, el grupo de J. volvía a la ciudad, esta vez con la excusa de un nuevo EP de solo 4 canciones bajo el brazo. Pero, ¿se necesita excusa a estas alturas si lo que se va a ofrecer es un repertorio de clásicos? Porque, temas nuevos aparte, este fue un bolazo planetario de hits y a rebosar de publico. Nos lo cuenta nuestro redactor Asier Rodríguez, con fotos de Rubén Altuna (Fever)
El pasado sábado, 13 de junio, el concierto de Los Planetas en la Sala Fever de Bilbao comenzaba con unas mezclas psicoelectrónicas de muacines llamando al rezo –»Allah u akbar!«- y ya teníamos el título de esta crónica: Los Planetas son muy grandes. Parecía arriesgado que después de haber visitado la ciudad hacía menos de un año, en Aste Nagusia (fiestas de Bilbao) –y de haber repetido por Euskadi días después relevando a última hora a !!! en el Kutxa Kultur Festibala donostiarra de 2014, puedes recuperar aquí nuestra crónica-, el grupo granadino consiguiera congregar a semejante muchedumbre de fieles en Bilbao. Pero lo lograron de nuevo.
El repertorio se pareció (mucho) al de los últimos conciertos, con el añadido de las canciones de su nuevo «Dobles fatigas» (El Segell del Primavera, 2015), un EP de cuatro canciones cuya presentación ha servido de excusa para esta minigira. Y hay que decir que lo menos interesante fueron precisamente los nuevos temas (¡ay!). No parece que ninguna les vaya a aguantar mucho en el repertorio de sus conciertos porque ni aportan nada nuevo -el EP parece un resumen de las diferentes etapas del grupo- ni están a la altura (ni mucho menos) de los clásicos del grupo de J. Rodríguez.
Además de la presentación de las canciones de «Dobles fatigas«, también fueron novedad la gozosa recuperación de «Rey Sombra«, de su primer disco («Super 8«, BMG Ariola, 1994), donde destacó la batería de Eric Jiménez, y el ritmo desenfrenado que tomó el concierto a partir de esa canción, encadenando un tema tras otro sin tiempo para respirar. Y la apuesta funcionó: conciertazo en toda regla, ayudado por el tremendo equipo de sonido de la sala y su inmejorable acústica.
Se les veía contentos. Estamos hablando de Los Planetas, no es que dieran saltos de alegría por el escenario, pero al menos hubo alguna sonrisa de complicidad con un público que coreó incansable las letras de casi todas las canciones. Y es que ya se está convirtiendo en tópico eso de resaltar que Los Planetas de los últimos años son una banda engrasada, que se aferra y hace bandera (con voluntad inquebrantable) de sus propios códigos musicales, combinando melodías de noise-pop con largos y morosos desarrollos psicodélicos, a los que se añadieron esos aires flamencos que les resucitaron artísticamente a partir de 2007 con «La leyenda del espacio» (Sony/BMG). Es un tópico, sí, pero es que no fallan. Las guitarras de Florent continúan creando esos universos de ruido y melodía, solos de guitarra que duran toda la canción. Y Eric supera, concierto tras concierto, su leyenda como motor del engranaje planetario. El solo que nos regaló y dejó al borde del éxtasis al final de «La Copa de Europa«, canción con la cerraron el último bis, fue antológico. Y es que hay quienes dicen que lo de los bises -ese teatrillo de entrar y salir tras los aplausos y silbidos del personal- está pasado de moda; algo como de concierto del Palacio Euskalduna. Pues no. Los Planetas hicieron funcionar ese ir y venir a ritmo de «beste bats«, superando la apuesta las tres veces que volvieron al escenario.
Justo dentro de un mes, volveremos a encontrarnos con los de J. en el FIB 2015. Pero antes de eso, dejaremos constancia de que Pájaro Jack, el grupo granadino que abrió el concierto de Bilbao el 13 de junio, también nos gustaron. No suenan a Los Planetas, y eso ya de por sí es de agradecer. Se preocupan por construir canciones con personalidad propia, con arreglos en los que todos los músicos participan, con especial atención a las guitarras y batería. Al grupo, formado en 2009, lo han comparado con el folk-rock de Crosby, Stills, Nash & Young, pero las canciones que presentaron en Bilbao sonaban más cerca de The National o, incluso, de los murcianos Neuman. Son buenos, y son de Granada. Les seguiremos la pista con ganas.