Lo que iba a ser un concierto de Primal Fear con Bullet como banda invitada terminó convirtiéndose en un mini festival de auténtico heavy metal con la inclusión de los legendarios U.D.O. y de los emergentes Messenger. Por Antonio Refoyo, con fotografías de Mari Jose Martín
En un principio se anunciaba la gira de Primal Fear junto a Bullet, pero aprovechando que el Nervión pasa por Bilbao, resulta que finalmente se sumó al cartel UDO, que la noche anterior tocaba en Asturias. Además, a última hora llegó a mis oídos la inclusión de una cuarta banda para mí desconocida llamada Messenger. Así que finalmente, más que un concierto contamos con un pequeño festival de auténtico heavy metal en recinto cerrado.
Los tres principales grupos del cartel nunca han dejado dudas de su efectividad en directo. En alguno de los casos he perdido la cuenta de las veces que les he visto entre festivales y giras y nunca he podido hablar mal de los directos de Bullet, Primal Fear y UDO. Bandas que unieron fuerzas para congregar una gran entrada en la Santana 27 de Bilbao.
Los más desconocidos para todos eran los alemanes Messenger, aunque no por ello son unos chavalillos precisamente. Apenas sí contaron con tiempo para exponer su power metal épico de escuela clásica. Ese que comienza con un agudo del cantante sí o sí. Exactamente así iniciaba la descarga la banda con «Raiders Of Galaxy«. En su última obra colabora el mismísimo Ralf Scheepers de Primal Fear, concretamente en el tema «Salvation«, que también cayó en este breve set que se terminó de manera muy rápida con «The Dragonships«. Poco tiempo y poco espacio del que dispusieron estos veteranos que pasaron sin llamar demasiado la atención por Bilbao. En ese momento el escenario contaba con las cuatro baterías montadas, una por cada banda, algo muy poco usual en carteles tan amplios.
Messenger // Mari Jose Martín
Así que Messenger hicieron hueco para que apareciera en escena Bullet, que irrumpieron con el buen rollo que en ellos es característico. Es que verlos salir a las tablas ya resulta hasta divertido. Si además en ese momento se pasan por nuestra mente los recuerdos de anteriores ocasiones en que les hemos pedido ver se dibujan una sonrisa en nuestro rostro. El combo rompía la tónica de bandas alemanas de la noche, aunque su estilo es netamente alemán. Algo tenían que decirle a UDO sobre su influencia en el sonido que exponen los suecos, y así lo hizo el vocalista Hell Hofer, que reconoció en directo su admiración por el que fuera vocalista de Accept, banda que parece encarnase en ellos. Supongo que sería consciente de que el propio aludido no se quiso perder su concierto, permaneciendo atento a como se desenvolvían los aventajados alumnos.
Y estos, una vez más, dejaron las mejores sensaciones posibles. Son una banda de directo auténtica que va sembrando seguidores por cada recinto que pisa. Sus temas van encaminados hacia ese hábitat en el que la banda resulta infalible. En otro tiempo, con cuatro largos editados estarían en una disposición mucho mejor y, probablemente, ya hubieran vendido millones de discos, pero la actualidad requiere un trabajo más constante y pausado que ellos están realizando a las mil maravillas. Ya les hemos visto en grandes festivales, en giras propias y ahora en un cartel compartido junto a dos grandes el heavy metal internacional entre los que aspiran a estar ellos. De hecho, su tiempo sobre las tablas ya fue respetable, interpretando hasta diez temas sin desperdicio donde podemos mencionar «Stay Wild«, «Highway Pirates» o el mismo tema final «Bite The Bullet» como grandes momentos. Habitual imagen de la banda con las dos guitarras y el bajo en alto mostrando en el dorso cada una de las palabras del título de este tema que también dio nombre a su disco de 2008, con el que se empezaron a dar a conocer fuera de su país.
Bullet // Mari Jose Martín
Tienen un problema y es que, como reza «Turn It Up Loud«, tienden a tocar fuerte, pero cómo se agradece en directos electrizantes llenos de actitud por parte de una banda compenetrada desde el inicial «Midnight Oil«. Sin tacha alguna en cuanto a lo que debe ser un directo de heavy metal, algo que la respuesta del personal aseveraba de igual manera. Nunca les he visto tenérselas que ver con un público de estilos más actuales, pero en una sala con un buen número de seguidores del heavy metal tradicional lo tenían hecho a nada que se mostraran tal y como son. Y lo hicieron.
El tiempo pasa volando y resulta que Primal Fear ya no es la banda nueva que explotó en esa segunda oleada de heavy metal que irrumpió en toda Europa a finales de los 90. Ahora son un grupo con una trayectoria ya larga. Son diez discos los que Mat Sinner, Ralf Scheepers y sus huestes llevan a sus espaldas y son uno de los grupos que con más dignidad se conserva de aquella explosión de nuevos grupos. Tanto es así, que son de los que pueden permitirse girar como cabezas de cartel por el estado con una respuesta de público mínima asegurada, algo que no todos pueden decir. De hecho, a los más seguidores de la banda no sé si les haría mucha gracia la inclusión de UDO como banda grande de la noche, puesto que, evidentemente, eso redujo el set list de Primal Fear, que se quedó en idéntico número de temas que sus predecesores. 10 canciones para presentar un nuevo trabajo de título «Delivering The Black» y resumir una carrera que empieza a requerir de un esfuerzo para confeccionar un repertorio que contente a todos sus seguidores.
Lo que no cambia es el estado de forma de la banda, que en vivo siempre ha sido pletórico, principalmente encarnado por un Scheepers portentoso que de momento no se resiente del paso de los años. Ya no es el chaval que grabara junto a Kai Hansen «Heading For Tomorrow«, pero su estado de forma sigue intacto, sus músculos y su garganta no nos engañan.
Por otro lado, en esta gira se acompañaron en la guitarra del viejo conocido Tom Naumman, que sustituye en principio de manera provisional a Magnus Karlsson. Todo un profesional al que se le vio completamente integrado en el grupo, en ningún momento como un parche momentáneo, o como un músico que cumpliera un mero compromiso. Siempre sonriente y completamente acoplado a sus compañeros, sin esconderse en los duelos con Alex Beyrodt, especialmente en el toma y daca de «Nuclear Fire«, que liga una y otra vez solos de ambos guitarristas mientras, emulando a su admirado Rob Haford, Scheppers camina de uno a otro hacha.
Primal Fear // Mari Jose Martín
No podía esperar que de lo más intenso de la noche fuera a ser la balada «Fighting The Darkness«, que contó con un tramo instrumental de categoría. Eso sí, ayudado por unos samplers que daban un necesario toque clasicista a la pieza. De su primera obra sigue sonando como un cañón «Chainbreaker«, el tema más veloz del repertorio, mientras que de su última referencia dieron buena cuenta temas como «Alive & Fire» o «When Death Comes Knocking«.
Desde la salida al escenario con «Final Embrace«, con el vocalista portando cazadora con el logo de la banda a la espalda, no hubo fisura que encontráramos en el sonido de un grupo que sigue mostrando una solidez apabullante para cualquiera que antes o después tenga que subirse a un mismo escenario. Podrían esperarse incluso bises en un ambiente muy favorable que coreaba esos oes que tanto gustan a los músicos de fuera. El propio Mat Sinner los espoleó en un momento dado, pero «Metal Is Forever» era el final definitivo de la descarga, dejando una gran sensación igualmente por parte de unos músicos que volvieron a generar viento favorable entre un público ganado. Hasta el normalmente sobrio y concentrado vocalista se atrevió a colocarse en su reluciente cabeza una txapela lanzada por alguien al escenario, provocando la algarabía generalizada.
En definitiva, una banda que en directo siempre aparece exultante. Tal vez por eso suela estar en sus carteles rodeada de bandas que puedan codearse con ellos. Ya ocurrió cuando les vimos junto a Brainstorm y Palace en Villava en la última ocasión y en este caso UDO y Bullet fueron otros grupos capaces de estar a esa altura.
Porque UDO tampoco decepcionó. Su concierto se basó en el repaso a su carrera en solitario dejando para los bises esos esperados momentos de nostalgia y recuerdo a los grandes Accept. Recientemente se habían marchado de la banda los dos guitarristas habituales del grupo, que además han estado un largo periodo con Udo Dirkschneider en el grupo, con lo que había curiosidad por ver a los nuevos componentes. Por diferentes motivos Stefan Kaufmann en 2012 e Igor Gianola en 2013 abandonaban las filas del grupo del rubio vocalista alemán, siendo sus reemplazos dos músicos con todas las garantías como Kasperi Heikkinen de la banda finesa Amberian Dawn y Andrey Smirnov, que ya sabe lo que es ser músico de sesión para artistas como Blaze Bayley o Paul Di´anno. Ambos tuvieron un protagonismo compartido con UDO siempre atento a cada uno de ellos, con un gesto casi paternal ante ellos.
U.D.O. // Mari Jose Martín
Capítulo a aparte para Ulli Köllner, teclista de acompañamiento habitual de los directos de UDO, que es capaz de hacer headbanging junto a sus compañeros, sin necesidad de estar en primera línea de batalla. Es un espectáculo en sí mismo cómo vive la actuación desde esa posición.
La camisa de UDO lucía a su espalda «Steelhammer«, título de la nueva referencia de la banda, que comenzó siendo protagonista con el homónimo tema y con «King Of Mean«, si bien de manera inteligente UDO alternaron temas nuevos con clásicos de los primeros discos en solitario del artista tras la salida de Accept. Así ocurrió con «Future Land«, con una respuesta más entusiasta del personal, como también ocurrió con «They Want The War”» que data ya ni más ni menos que del año 87. En cualquier caso, el ABC que utiliza UDO para crear sus canciones no suele fallar a sus seguidores. Son temas con un estribillo rotundo que se repite en varias ocasiones, lo que la gente pilla en temas como «A Cry Of A Nation» o «Never Cross My Way«.
U.D.O. // Mari Jose Martín
Incluso colocaría entre los momentos más grandes de la descarga el tema en castellano «Basta ya«, que contó en estudio con la colaboración de Víctor García de Warcry, devolviéndole el detalle de la aparición del alemán en el último DVD de los asturianos. Un tema muy apropiado para estos tiempos que corren, muy bien acogido.
Tras ese impacto Kasperi Heikkinen se quedaba solo en el escenario para dar inicio a «In The Darkness«, un tema lento en el que Udo muestra otros registros vocales más graves que puntualmente ha esgrimido a lo largo de su carrea. Si bien, su voz destaca por su peculiaridad en momentos como los de «No Limits«, cuyo timbre sigue siendo totalmente reconocible. Mientras que otros vocalistas de facultades tan rasgadas pueden sufrir con el paso del tiempo a Udo le sale de la manera más natural. No sufre para nada y tampoco se escuda como otros de su quinta en solos a las primeras de cambio que le permitan descansar. Solo «Mean Machine» contó con una parte central donde cada músico expuso sus facultades, de una manera bastante amena.
U.D.O. // Mari Jose Martín
Tras «Metal Machine» la parte final del concierto nos iba a hacer mirar hacia atrás en el tiempo, como ocurrió con «Go Back To Hell» y finalmente con «Timebomb«. Dejando que los bises saciaran la expectación de los que esperaban temas de una de las bandas más grandes de la historia del heavy metal en la que Udo fue pieza fundamental. Recordamos su reunión de 2005, algo que no tuvo continuidad con el rubio vocalista. Ahora la banda liderada por Wolf Holffmann vive un buen momento con Mike Tornillo a las voces, mientras que UDO sigue por su lado con su carrera. Pero este pequeño y simpático hombre tiene en su haber la participación en discos que son auténticas joyas de la corona de la historia del heavy metal. A ellos se remitieron con «Metal Heart«, «Balls To The Wall» y el final «Fast As A Shark«. En todos se pidió la colaboración del personal, que lejos de mostrar cansancio tras los conciertos de cuatro bandas, terminó la fiesta por todo lo alto, tanto con la melodía clásica del primero, como con el conocido coreo del segundo y con esa musiquilla que daba inicio al tercero. Estallido apoteósico para finalizar una velada de puro heavy metal.
