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Primavera Sound

Primavera Sound 2013: Crónica del jueves 23 de mayo

Phoenix, The Postal Service, Dinosaur Jr, Animal Collective, Grizzly Bear, Metz, Savages, Fucked Up!, Hot Snakes… bi fm te cuenta cómo transcurre Primavera Sound 2013 en Barcelona. Luis Benavides y Joseba Vegas escriben, Aitor de Haro aporta el material gráfico

 


Phoenix, The Postal Service, Dinosaur Jr, Animal Collective, Grizzly Bear, Metz, Savages, Fucked Up!, Hot Snakes… bi fm te cuenta cómo transcurre Primavera Sound 2013 en Barcelona. Luis Benavides y Joseba Vegas escriben, Aitor de Haro aporta el material gráfico

 


 

Tras los primeros conciertos de la semana en salas de Barcelona (incluyendo el «secret show» de Breeders en Apolo) e incluso en el propio recinto principal del festival, el Parc del Fòrum (donde el miércoles actuaron -con entrada libre- bandas como The Vaccines, Delorean o The Bots), el jueves 24 arrancó realmente Primavera Sound 2013. Era el día del sello Aloud, con las Santa Rita abriendo el festival desde lo alto del Red Bull Tour Bus y los madrileños Toundra con el reto de cerrar a las tantas la primera jornada con su épica instrumental.

 

Las chicas empezaron sobre las cinco y media, todavía con un sol de justicia, acompañadas por medio centenar de fieles amigos, seguidores y curiosos que poco a poco se unían a sus cantos de sirena. El cuarteto de indie con poso grunge solo tocó temas de su largo de debut, «High On The Seas«, un trabajo altamente recomendable, con temazos como «Adriático«, «Fidgi» y «Cap de Creus«, que está recogiendo muy buenas críticas en medios especializados y que sobre las tablas defienden con mucha clase. Y cuando sacan los dientes, con Laura aporreando con precisión su set y Natalia soltando guitarrazos distorsionados como cuchillos, hipnotizan como nadie.

 

Santa Rita

 

L’Hereu Escampa harían lo propio una hora más tarde en el escenario Pitchfork (donde luego veríamos a Metz), con su entrega habitual pero un sonido pobre que tampoco podemos achacarles. Los hijos pródigos de la Plana Vic, abanderados de una nueva ola indie en el territorio catalán con efectos en el resto de la península, aprovecharon para avanzarnos los temas de su nuevo y esperado trabajo, «Llamp de Déu«, con melodías a lo Hüsker Dü y guitarras saturadas muy Sonic Youth. Guillem y Carles venían de tocar el pasado fin de semana en Brighton, Inglaterra, con los enormes Za! y sus primos gerundenses Aliment (que ya tocaron el miércoles en el Fòrum); y seguirán haciendo grandes cosas dentro y fuera de nuestras fronteras. Su actuación en PS13 no pasará a la posteridad precisamente. Eso sí, consiguieron movilizar a varios centenares de personas en el festival de los solapes. Y eso tiene mucho mérito.

 

L’Hereu Escampa

 

Hablando de solapes, no nos iríamos muy lejos porque entre los psicodélicos Tame Impala y el power-trío Metz optamos por los segundos. Los canadienses presentaban por segunda vez en Barcelona su  disco homónimo. Y si en la Apolo, en las distancias corta, fueron arrolladores, en el escenario Pitchfork no se quedaron cortos. Es más, se les hizo pequeño, quiza por el hype que envolvió el lanzamiento de su disco (¿»los nuevos Nirvana«? ¡Anda ya!). Eso sí, con un rollo casi industrial, con temas como «Headache«, «Get Off» o «Rats«, por poner unos pocos ejemplos, estos tres musicazos recogen (y hacen suyo) el legado de Cobain, Mudhoney, Shellac y otras bandas coetáneas.

 

Antes, habíamos visto a las cuatro Savages, vestidas de riguroso negro. Todo un descubrimiento. Su post-punk para nostálgicos de Joy Divison -aunque estas chavalas no tienen nada que envidiar instrumentalmente a sus progenitores musicales- sonó de muerte. Los contoneos y grandilocuencia vocal de su cantante encajaban de maravilla con una base rítmica compacta, con un bajo muy gordo y una batería expresiva, más unas guitarras envolventes cuando no punzantes. Si no te suena su nombre, hazte un favor y escucha su primer trabajo, «Silence Yourself«. O, mejor, no te pierdas su próximo directo si te pilla cerca porque en vivo ganan muchísimo.

 

Savages

 

En los escenarios mas grandes (Heineken y Primavera) tuvimos la ocasion de ver a artistas como Dinosaur Jr, Grizzly Bear, Animal Collective, The Postal Service y Phoenix. Los de J Mascis centraron su actuacion en «I Bet On Sky«, su reciente album, aunque sin olvidar clasicos, que para algo llevan casi 30 años siendo punta de lanza del indie rock. Incluso se atrevieron a volver a sus inicios mas hardcore, pues contaron con la presencia del enérgico, carismático y malcarado Damian Abraham de Fucked Up para cerrar el show.

 

Con Grizzly Bear (quienes sufrieron problemas técnicos al comienzo de su actuación) paso lo que nos temíamos: Que nos gustan mucho en disco, pero no tanto en directo, sobre todo si pasa la medianoche y el cansancio acumulado pone dificil el dejarse llevar por las grandes canciones de Daniel Rossen y compañia. Buscando un poco mas de caña para que aquello no decayera, nos fuimos a ver a Fucked Up, pues se nos habían puesto los dientes largos con el fin de fiesta de Dinosaur Jr. Increíble una vez mas la banda canadiense con su hardcore punk y un líder que concentra todas las miradas. Subidón adrenalítico.

 

Justo antes y después, en el escenario Heineken, disfrutamos de lo lindo con dos propuestas de pop bailongo: The Postal Service y Phoenix. Los primeros, de vuelta 10 años despues de «Give Up«, se mostraron en plena forma. Vale, la indietrónica de Ben Gibbard y Jimmy Tamborello no emociona ahora como hace una década, pero su único álbum volvió a demostrar que es ya un clásico contemporáneo. No faltaron «We Will Become Silhouettes«, «Nothing Better» o «The District Sleeps Alone Tonight«. Pero, como era de esperar, «Such Great Heights» fue el gran hit, con el muy numeroso público totalmente entregado. Incluso el tema interpretado justo antes, el inédito «A Tattered Line of String» incluido en la reedición del LP, estuvo a la altura de las canciones mas célebres. A destacar la presencia de Jenny Lewis (de Rilo Kiley y Jenny & Johnny), la multiinstrumentista y cantante de preciosa voz, una gregaria de lujo.

 

PHOENIX, CABEZAS DE CARTEL DE LA PRIMERA JORNADA


Con Phoenix (con quienes hablamos unas horas antes en su hotel) nos ocurre que no sabemos en qué momento pasaron de ser una molona banda francesa a ser un grupo de éxito masivo a nivel mundial, pero ahí estaban, con vitola de «cabezas de cartel» (papel que ya ejercieron, por ejemplo, en el mastodontico Coachella californiano) y, aunque dieron un conciertazo, demostraron que el reciente «Bankrupt!» no es ninguna obra maestra. Eso sí, en su cancionero previo ya disponían de hits incontestables como «Lisztomania«, «Long Distance Call«, «1901» o «Consolation Prizes«, pero su show tambien cuenta con bastante relleno (la parte central llego a causar algo de hastío). Abrieron con su nuevo éxito, «Entertainment«, el cual sirvio tambien para cerrar (con J Mascis a la guitarra, en un guiño a la versión del tema a cargo de Dinosaur Jr, publicada recientemente).

 

Phoenix

 

Tras los de Versalles, vuelta al escenario Primavera para sufrir el directo de Animal Collective. Y sí, decimos «sufrir» porque los de Baltimore se empeñan en poner las cosas difíciles. Como dijeron en la rueda de prensa previa, en sus conciertos gustan de experimentar e improvisar sobre la marcha, dando rienda suelta a sus nuevas inquietudes sonoras, aunque eso vaya en detrimento del setlist. Vamos, que si hay que prescindir de los hits para probar cosas nuevas, adelante. O, dicho de otra manera, que hay que acudir con la mayor de las predisposiciones (o hasta las cejas) para dejarse atrapar por la psicotrónica puesta en escena del cuarteto. Se volvieron a pasar de arties. Eso, o que estabamos nosotros con el chip festiv(aler)o activado. Nos fuimos a por unos crepes, que había que recuperar fuerzas.

 

Por cierto, que tras Dinosaur Jr, el equipo de bi fm se desdobló. Así, también podemos comentarte que estuvimos en el concierto del bueno de Bob Mould, un tipo que vive una segunda juventud. El ex Hüsker Dü (y miembro de Sugar), perfectamente apoyado por Jason Narduci y el Superchunk Jon Wursten, dio en el escenario ATP todo un recital de power pop merced a dos discos de cabecera para los amantes del género. Su último trabajo, «Silver Age«, publicado el pasado año, es una buenísima colección de temas, pero en directo gana muchos enteros. ¡Pero cómo se mueve y cómo canta Mould! A cada año que pasa, este simpático icono del punk y hardcore 80’s es más y más grande.

 

Hot Snakes

 

También vimos a Hot Snakes, una banda casi de culto que, afortunadamente, sigue en activo, porque ha llovido mucho (casi 10 años) desde su último trabajo de estudio, «Audit in Progress«. Su fiero y amargo punk rock sigue despertando pasiones como el primer día. Como un auténtico «Best of» –aunque no tengan un solo tema malo-, los de San Diego repasaron su trilogía discográfica empezando con la mala baba de «I Hate Kids«, seguido de otros temazos de tomo y lomo como los gamberros «Braintrust» y «Hi-Lites«, la dramática «Suicide Invoice«, «No Hands«, «If Credit’s What Matters…» y un largo etcétera, para poner el broche con la vivaracha «Plenty for All«. Como curiosidad, la familia de las culebras calientes está tan unida que los dos baterías que han pasado por la formación, Jason Kourkounis (hasta 2003) y Mario Rubalcaba, se repartieron el setlist.

 

 

El jueves del Primavera Sound era el día de Aloud. Con las Santa Rita abriendo el festival desde lo alto del autobús Red Bull y los madrileños Toundra con el reto de cerrar la primera jornada con su épica instrumental a las tantas. Las chicas empezaron sobre las cinco y media, todavía con un sol de justícia, acompañadas por medio centenar de fieles amigos, seguidores y curiosos que poco a poco se unían a sus cantos de sirena.

Y si no recuerdo mal, el cuarteto de indie con poso grunge solo tocaron temas de su largo debut, “High on the seas”, un trabajo altamente recomendable con temazos como ‘Adriático’, ‘Fidgi’ y ‘Cap de Creus’ que está recogiendo muy buenas críticas en medios especializados y que sobre las tablas defienden con mucha clase. Y cuando sacan los dientes, con Laura aporreando con precisión su set y Natalia suelta guitarrazos distorsionados como cuchillos, hipnotizan como nadie.

L’Hereu Escampa harían lo propio una hora más tarde en el escenario del Pitchfork, donde luego veríamos a los Metz, con su entrega habitual pero un sonido pobre que tampoco podemos achacarles. Los hijos pródigos de la Plana Vic, abanderados de una nueva ola indie en el territorio catalán con efectos en el resto de la península, aprovecharon para avanzarnos los temas de su nuevo y esperado trabajo, Llamp de Déu, con melodías a lo Husker Du y guitarras saturadas muy Sonic Youth.

Guillem y Carles venían de tocar el pasado fin de semana en Brighton, Inglaterra, con los enormes Za! y sus primos gerundenses Aliment (que tocaron el miércoles en el Parc del Fòrum, en la mini-jornada gratuita); y seguirán haciendo grandes cosas dentro y fuera de nuestras fronteras. Su actuación en el escenario Pitchfork, sin embargo, no pasará a la posteridad precisamente. Eso sí, consiguieron movilizar unas 300 personas en el festival de los solapes. Y eso tiene mucho mérito.

Hablando de solapes, no nos iríamos muy lejos porque entre los psicodélicos Tame Impala y el power-trío Metz optamos por los segundos. Los canadienses presentaban por segunda vez en Barcelona su  disco homónimo. Y si en la Apolo, en las distancias corta, fueron arrolladores, según me cuentan, en el escenario Pitchfork no se quedaron cortos. Es más, el escenario se quedó pequeño con tanto derroche de actitud. Confieso que el hype que envolvió el lanzamiento de su disco me repelía, y hasta les cogí manía. ¿Qué eran los nuevos Nirvana? ¡Anda ya! ¿Porque eran un trío de Sub Pop? Me negaba y me resistía a la evidencia. Pero señores, con un rollo casi industrial, pero en temas como ‘Headache’, ‘Get Off’ o ‘Rats’, por poner unos pocos ejemplos, estos tres musicazos recogen (y hacen suyo) el legado de Cobain y compañía, Mudhoney, Shellac y otras bandas.

 

Antes habíamos visto a las cuatro Savages, vestidas de riguroso negro. Mi descubrimiento. Y vaya descubrimiento. Porque su post-punk para añorados de Joy Divison -aunque estas chavalas no tienen nada que envidiar instrumentalmente a sus progenitores musicales- sonó de muerte. Los contoneos y grandilocuencia vocal de su cantante encajaban de maravilla con una base rítmica compacta, con un bajo muy gordo y una batería expresiva, y unas guitarras envolventes cuando no punzantes. Si no te suena su nombre, hazte un favor y escucha su primer trabajo, “Silence Yourself”. O mejor, no te pierdas su próximo directo si te pilla cerca. Después de escuchar este debut, puedo decir que en vivo ganan muchísimo.

 

 

 

 

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