Óscar Díez comenzó como crítico de cine en la revista Eseté, labor que luego continuó en Noiz. Pero este apasionado del cine es también un melómano empedernido. Porque si asiste a las salas de proyección al menos 2 o 3 veces por semana durante todo el año indefectiblemente, no son menos las ocasiones en las que está presente en festivales, salas, bares y garitos de Euskadi escuchando todo tipo de conciertos.