Charlamos con el músico albaceteño, conocido por bandas como Surfin’ Bichos o Chucho, así como por una carrera en solitario que recientemente también daba forma a «Mundo Turbio: una novela y todas las canciones», libro que servirá como hilo conductor de su concierto en Bilbao este 1 de mayo dentro del ciclo gratuito Music City Tour
Considerado uno de los pioneros de la música independiente española en general y de la escena indie en particular, Fernando Alfaro protagonizará este jueves, 1 de mayo, la segunda cita del ciclo Music City Tour, una serie de conciertos gratuitos en diferentes locales de Bilbao, bien a la hora del apertitivo, bien en sesión de tarde, tal y como te hemos venido contando.
El fundador de Surfin’ Bichos y Chucho tiene cita a las 13:00 horas en Txukrut (C/ San Francisco, 25). Allí, el albaceteño repasará su trayectoria acompañado de su guitarra acústica. El concierto girará en torno a “Mundo Turbio: una novela y todas las canciones“ (Editorial Contra, 2024), un libro que recoge su primera novela larga junto con la recopilación completa de sus letras, tanto de Surfin’ Bichos como de Chucho, además de sus proyectos en solitario.
Un concierto muy especial, de entrada gratuita (hasta completar aforo) al que hemos querido anticiparnos charlando un rato con él. Tienes más información en el Instagram oficial del ciclo.
Vas a utilizar «Mundo turbio» como hilo conductor para tu concierto. ¿Cómo es esto?
Las cosas que ocurrieron en las canciones de repente conforman una historia. Lo que hago en directo es que cuento esa historia como si fuera un tráiler de las películas, de forma somera pero frenética, con ese trasfondo tragicómico, como es la vida. Hago una especie de boceto de los personajes de la historia. Como la novela parte de las canciones, voy haciéndonos creer, a mí también, que lo que van contando las canciones le ocurrió en realidad a los personajes y no a mí o a los míos. Tiene ese punto revelador, por momentos truculento, por momentos… bueno, te ríes bastante.
Te persigue cierto halo de «genio atormentado». No sé si lo compartes o te toca las narices.
Tengo un carácter que tiende un poco a la paranoia, al sufrimiento, pero a la vez me divierto. Cuando hablaba antes de tragicomedia no quería decir que en la vida solo haya momentos escabrosos y otros incluso hilarantes, sino que están mezclados, en la mía al menos. Se puede estar atormentado y ser una persona divertida. No lo digo por mí. La mayoría de los humoristas que conozco están atormentados.
También se habla de ti como uno de los tótems del indie, con lo de moda que está eso. La etiqueta, al menos. La música… no sé si tiene mucho que ver contigo y con lo que tú y tus coetáneos representabais.
Cuando yo empezaba no se hablaba de indie. Luego ya sí, se empezó a utilizar ese término, a partir de lo del C-86 y las listas que llegaban de Inglaterra. Más que indie se hablaba de ser independiente, algo que yo relaciono con finales de los 70 y todos los sellos que sacaban música «punki». Luego, con el tiempo se generó algo semicultural, semi… de marketing, que vino muy bien para dar a conocer ciertas cosas. Al final, quien más apuesta por los raros, que somos nosotros, son las compañías independientes. Yo siempre he identificado el indie con los raros, lo imprevisto, lo diferente. Artistas que te sacan de tus casillas y de tus conceptos, Sin embargo, con el tiempo se ha convertido en lo contrario, en un estilo uniforme y seguidista, con poca sorpresa y contrario a lo que yo pienso que es el indie.
Te acabamos de ver saliendo al escenario en Madrid con Los Punsetes. Entiendo que ahí sí reconoces lo que entiendes por indie y sí que te sientes identificado… o referencia.
Con Los Punsetes sí que en concepto, porque ahí te encuentras lo inesperado y necesario, porque creo que si no existieran, nadie estaría diciendo lo que ellos dicen y de esa manera. Un artista puede ser muy bueno y muy técnico sobre el escenario, pero a mí lo que me agita y lo que me da incluso una cierta envidia de estar ahí es cuando pasa algo insólito, que no te explicas bien cómo lo pueden hacer.
Lo de «artista de culto», ¿qué tal lo llevas?
Bueno, hay cultos… que si son paganos, están bien, ja, ja. Pero si lo de culto significa estar oculto, ya no me gusta tanto.
¿Qué etapa musical tuya es tu favorita y qué disco o canción destacarías?
Todo lo que he hecho creo que es coherente y forma un todo continuo, como una historia que he ido contando, coherente y caótica. Pero si tuviera que quedarme con un momento sería el de «Tejido de felicidad» de Chucho. Esa época, aunque solo sea por el hecho de que iba a venir mi primera hija, luego continuado por la llegada de la segunda, la considero una etapa de plenitud, de miedo, pero de luz y esperanza, de ganas de luchar. De ahí destacaría «Camisa hawaiana de fuerza», que resume esto de la vida azarosa y sus avatares. La voy a tocar en Bilbao.

Cartel de Music City Tour
Tu concierto es a mediodía, te va a dar tiempo a disfrutar de la villa.
Encima juega el Athletic contra el Manchester United, ya pregunté que si se podían conseguir entradas para San Mamés y se rieron de mí, ja, ja. Bilbao me gusta mucho y voy bastante, La pareja de una de mis hermanas, Kepa, es de Barakaldo y me ha hecho amar la ciudad. El Guggenheim, el txoko de mi amigo Javier, el Casco Viejo…
Vaya, que es un planazo lo de tu concierto.
Unos pintxos en el Txukrut, concierto de Fernando Alfaro, unas garimbas y luego el fútbol, aunque sea en las pantallas de los bares.
¡No se hable más!
