BIFM
Placer

Risas, reminiscencias y comida japonesa con Faemino y Cansado

Faemino y Cansado

Aprovechando que el dúo humorístico recala en Bilbao con el espectáculo «¡Quien tuvo retuvo!», Igor Cubillo propone comer en Kuma, por aquello de que parecido no es lo mismo, y tomar un par de pintxos en El Globo y La Viña del Ensanche

¡Quien tuvo retuvo!
Se cuenta que la intención cuando hicieron su primera «representación» en El Retiro no era otra que invitar a sus amigos a un restaurante chino. Aprovechando que el dúo humorístico recala en Bilbao con el espectáculo «¡Quien tuvo retuvo!», Igor Cubillo propone comer en Kuma, por aquello de que parecido no es lo mismo, y tomar un par de pintxos en El Globo y La Viña del Ensanche

En estos tiempos de publicidad engañosa y bravuconería de red social, las consabidas sinceridad y campechanía de Faemino y Cansado suponen prácticamente una excepción en el panorama artístico, tan dado a la exageración y la licencia poética para arañar espectadores. La pareja humorística no vende humo ni brinda falsas promesas, nunca fueron esos sus pecados, así que a nadie extrañe que durante la promoción de su último espectáculo, «¡Quien tuvo retuvo!«, que representará en Bilbao entre los días 12 y 15 de abril, de jueves a domingo, asegure no haber alcanzado la excelencia.

Es más, el dúo asegura que en el montaje se repiten elementos escénicos, temas e ideas sobre las cuales ha trabajado con anterioridad, y de propina reconoce abiertamente que se trata de una producción barata. Únicamente se prometen “risas y reminiscencias”. Es su manera de adelantar que nadie debe esperar novedad y mucho menos sorpresa alguna en «¡Quien tuvo retuvo!», un espectáculo que sigue la estela de «Siempre perdiendo», «Visto y no visto» o «Parecido no es lo mismo». Es nada más una nueva muestra de minimalismo escénico, chiste y pantomima, un canto al surrealismo y al absurdo.

Faemino y Cansado

Faemino y Cansado: ¡Quien tuvo retuvo!

Esas son las pautas de unos artistas que durante cuatro décadas han dejado para la posteridad guiños al filósofo Søren Kierkegaard y personajes como el violento mimo El Gran Mimón, rey de la cucamona, monarca del gesto, así como psiquiatras a falta de tratamiento y Arroyito y Pozuelón (sus verdaderos nombres son Juan Carlos Arroyo -Faemino- y Ángel Javier Pozuelo -Cansado-), dos cachondos mentales cuyos chistes interminables dejan al respetable con la risa en la boca. “Igual no lo hemos contado bien”, se excusan, al tiempo que dan un sorbo al copazo de balón, una última calada al pitillo y se despiden marcándose pasos de baile muy poco flamencos. Lere lerele, lerele lere.

«Orgullo del Tercer Mundo», su trampolín a la fama fue la televisión, pero el campo de entrenamiento de nuestros héroes fue a principios de los ochenta el madrileño parque de El Retiro, mismo escenario donde dieron sus primeros pasos colegas como Pablo Carbonell y Pedro Reyes, entre otros. Y allí sus pretensiones no iban más allá de poder invitar a los amigos a un restaurante chino con el dinero recaudado como artistas callejeros que eran. Aunque han representado sketches sobre corderos de Sepúlveda y camareros bordes, y aún resuena el eco de las risas provocadas al pedir la presencia de McDonald en una de sus hamburgueserías, precisamente ese detalle, el convite, su presencia en la capital vizcaína y aquello de que parecido no es lo mismo nos sirven como excusa para diseñar un plan gastronómico que incluye comer en Kuma (Ercilla, 8; 667 483 348), restaurante japonés comandado por Daniel Lomana.

Restaurante Kuma Bilbao

Carabinero del Kuma // Igor Cubillo

El cocinero se sitúa cada día tras la barra de sushi de nogal de Oquendo donde se elabora a la vista de la clientela el 80% de cuanto se arrima a las mesas. Él y el pescado al que previamente han rendido culto su abuelo y su padre en Mandanga (Santurtzi) y Parrillas del Mar (Getxo), respectivamente, son los verdaderos protagonistas en un local que algunos sitúan a la altura de Kabuki, el gran referente español de la cocina nipona. No en vano, Dani trabajó allí con Ricardo Sanz y su carta sirvió de inspiración a Kuma.

«Hacemos fusión, desde pescados en sashimi aderezados con salsas bilbaínas, ceviches o cualquier cosa que se me ocurra. No tengo nada fijo, también te puedo hacer una salsa de jalapeños con ventresca de atún ligeramente flambeada y preparamos nigiris de todo tipo, de foie, de huevo frito de codorniz, con presa o pluma ibérica… La criba es que tiene que ser rico», sentencia Lomana. Así, la carta incluye, además de un rosario de nigiris preparados con apenas un 40% de arroz y el condimento de un brochazo de soja y aceite arbequina, preparaciones como el cangrejo real en tempura; el carabinero que presenta a modo de “supernigiri deconstruido”, en tres estilos y texturas (a la parrilla la cabeza, ligeramente braseada en sashimi la cola y en tempura muy crujiente las patas); el tartar de atún rojo con yema de huevo ecológico, paté de trufa negra y cebolleta fresca; y la langosta en sashimi viva. El mar es su despensa, pero pocos bocados hay más manjarosos que los 17 gramos de wagyu calidad A5+…

Restaurante Kuma

Toro y caviar en el restaurante Kuma // Igor Cubillo

Ya con los ojos achinados, tras la pertinente sobremesa, antes de acudir al teatro, o mismamente después de la función, uno se puede desplazar a la calle Diputación, ubicada a apenas 300 metros del Campos, para seguir satisfaciendo su espíritu hedonista. La primera escala puede ser el bar El Globo (Diputación, 8; 94 415 42 21), de donde uno no puede marchar sin probar el txangurro gratinado, su pintxo más conocido, sabroso y caliente. Otros bocados bien apetecibles despachados allí de 1997 en adelante son el gratinado de txipiron en su tinta y “Karraspio”, soplo marino a base de algas, huevas y mejillón.

El Globo Bilbao

Los txangurros gratinados de El Globo // Igor Cubillo

Los más hambrientos pueden pedir en El Globo ensaladas, raciones, bocadillos, sándwiches y cazuelas, aunque más completa es la oferta de La Viña del Ensanche (Diputación, 10; 94 415 56 15), un referente de Abando que abrió sus puertas allá por 1927. Casi un siglo después, el negocio se divide en tres espacios, el bar tradicional, la tienda y el Taller de Cocina. El primero acostumbra a estar abarrotado, y sus pequeñas mesas están muy disputadas, tanto en terraza como indoor, acreditando la calidad de una propuesta gastronómica de amplio horario donde conviven platos elaborados, tapas, embutidos, minisartenes (bien buena la de huevo, foie, hongos y puré de patata) y pintxos tan singulares como Joselini, armoniosa y sápida unión de coppa ibérica (pieza localizada a continuación del lomo, en posición craneal), queso, manzana y foie fundido sobre pan de cristal.

La Viña del Ensanche (Bilbao)

Minisartén de La Viña del Ensanche // Igor Cubillo

En la tienda uno puede comprar productos de los llamados delicatessen y en el Taller se ofrecen, con cocina vista, dos menús degustación (a 40 y 50 euros) cuya versión extensa incluye actualmente royal de foie con vinagreta de manzana; verduritas asadas; arroz cremoso con cigala; pescado de temporada; rulo de cordero; sorbete de manzana con espuma de yogur; y “bomba” de chocolate. Buena opción si se sale del teatro con suficiente hambre.

Faemino y Cansado
«Quien tuvo retuvo»
Teatro Campos Elíseos
Bertendona, 3; Bilbao
12 a 15 de abril; 20:00 horas

Arriba