Charlamos con Ana Fernández-Villaverde, la artista vizcaína detrás de La Bien Querida, proyecto con el que cumple 15 años y 8 álbumes, estando «LBQ», el último, de plena actualidad. El próximo 12 de abril lo presentará en el Kariña Fest de Bilbao
Echa uno la vista atrás, se pone a contar con los dedos, y hacen falta 15 para enumerar los años en los que llevamos escuchando a La Bien Querida, el proyecto musical de la otrora pintora Ana Fernández-Villaverde, quien nos sorprendía en 2009 con aquel «Romancero» que la convertiría en toda una sensación del pop independiente.
Apadrinada por Los Planetas y con el abrigo de Elefant Records, el muy indiepop y muy consolidado sello madrileño, no tardó en convertirse en un referente de la escena. Canciones como «De momento abril», «Muero de amor» o «Dinamita» y media docena larga de álbumes hicieron de la vizcaína un nombre propio que basculaba entre lo acústico y lo sintético, entre lo tradicional y lo moderno, entre lo alternativo y lo accesible, entre lo dulce y lo amargo.
Ahora, acaba de lanzar al mercado «LBQ» (Sonido Muchacho, 2025), un octavo disco que condensa todo lo que Labienque ha sido y es, como su propio título ya dejaba caer. Segura de sí misma, personal y artísticamente, y consciente del momento vital en el que se encuentra, este es un trabajo adulto y maduro, adjetivos que difícilmente casan con los conceptos que hoy demanda la música popular, ávida de nuevas sensaciones e inputs de cocción inmediata.
Con algunas de sus mejores composiciones en esta nueva obra y una colección de himnos pop ya clásicos bajo el brazo, La Bien Querida actuará el próximo 12 de abril en casa, en el Bilbao Arena, dentro de la primera edición de Kariña Fest, un festival donde las mujeres son protagonistas y donde Pussy Riot by Diana Burkot, La Terremoto de Alcorcón, Chica Sobresalto, Nawi y Freenipples DJ completan el cartel. Nos hemos adelantado para charlar un rato con Ana.
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La Bien Querida
Te diría que qué tal, pero ya dices nada más empezar el disco que “ni bien, ni mal”…
Es una canción que invita a la introspección, a recapacitar sobre el mundo que estamos creando. Hoy en día, sobre todo con las redes sociales, parece que hay que estar superbién, superfeliz, o supertriste, todo muy extremo. Habla de que estar normal también está bien.
Bastante tenemos con “estar”, muchas veces…
Claro. El disco, en general, habla de valorar las cosas sencillas.
Es un poco el “Joder, no sé” de tus ahora compañeros de sello Carolina Durante, pero extrapolado a otra generación. Pasados los 40, estar, mantenerse, ya es un logro en muchos aspectos.
Lo mío también es generacional, claro, pero de otra generación. Así es.
Hablando de Carolina Durante, ahora formas parte de Sonido Muchacho, casa también de Los Punsetes, Kokoshca, Sen Senra, Russian Red… tras haber salido de Elefant Records. ¿Cómo te sientes en su catálogo?
Los grupos de Sonido Muchacho son los que más me gustan actualmente, son grupos con los que me siento más identificada. Pero he de decir que el disco lo saco yo, realmente es una autoedición. Solo que ahora ellos me llevan el booking.
El álbum arranca sintetizado, pero luego no lo es tanto. Tiene momentos más acústicos. Hay un poco de todo, como en tu carrera. Se llama “LBQ”, no sé si porque deja muy claro todo lo que La Bien Querida es como artista.
Sí, es un disco en el que me reafirmo con todo lo que mejor sé hacer y hago. Vuelta a los orígenes un poco, aunque en todos los discos hay como un popurrí de sonidos.
Habla de relaciones personales, de amor y desamor. Es romántico, pero tiene un reverso puñetero. No es un disco solo de letras bonitas, por decirlo así.
Sí, en todos los discos meto alguna puñaladita, pero este tiene un poco más de mezcla. Este disco tiene más de amor propio, que es el momento en el que estoy yo ahora, de aceptarme a mí misma.
Estrofas como “Cuando estés solo y estés viejo, cuando te cuelguen los pellejos, cuando tu enemigo sea el espejo, te torturará que esté tan lejos” son demoledoras. Pocas veces has sido tan explícita.
Así es, ja, ja. Esto es muy bestia, producido de esa manera tan cruda además, sí, no lo había hecho tan así antes.
Pero no todo es amor o desamor hacia una pareja sentimental. Cierras el álbum con una canción de amor rotundo, pero hacia tu hija.
Amor maternal y amor filial. Mi hija acaba de cumplir 13, está preadolescente, está en ese momento del paso de la niñez a la adolescencia, en el que empieza a separarse un poquito más de los padres. Es duro, pero es también bonito.
“Que si un día te falto, te puedan cuidar”. El paso del tiempo, visto desde otro punto de vista.
Es el gran miedo de un padre o de una madre, que te pase algo y que tus hijos se queden solos… Es un disco bastante real y acorde a mi momento vital. Sin dejar el pop, porque tampoco me he puesto plasta o resabida.
El paso del tiempo. Tus amigos de Los Planetas llevan 30 años dando guerra y menuda gira aniversario se han marcado. Tú ya llevas 15 y, como ellos, tienes un público, un estilo propio y una carrera sólida. ¿Te ves cumpliendo los 30?
Ojalá. Para mí Los Planetas son una inspiración y un ejemplo, me fijo bastante en lo que hacen ellos y me gusta mucho cómo han llevado su carrera. Son un ejemplo de buen hacer. Y me gusta mucho hacerme mayor con mi público y poder explicar las cosas que me pasan y que la gente de mi quinta se identifique conmigo. No todo va a ser cantarle al amor chispeante y burbujeante.

La Bien Querida – LBQ (2025)
En una de las canciones también le cantas a tu tierra. O la nombras, al menos, en ese título: “Mundaka”. La canción tiene mucho de añoranza. Se puede echar de menos a alguien, pero también un lugar.
Sí, eso es. Y aunque se llama “Mundaka”, está arreglada como una balada italiana, pero me hacía gracia llamarla así, porque me encanta Mundaka y me encanta su nombre.
Llevas ya un montón de años en Madrid. Entiendo que estás cómoda.
Sí, la ciudad me ha acogido muy bien. Es un poco hostil, no te creas. No es Mundaka, pero viviendo de lo que vivo, trabajando en lo que trabajo, Madrid te facilita las cosas.
Es el sitio idóneo para estar en el candelero, desde luego. A ti incluso te vemos codeándote con personajes populares como Nuria Roca o acudiendo a El Hormiguero, pero me sorprende que te mantengas tan fiel a “lo indie”.
Mantengo mi esencia independiente y eso me gusta. Intento no venderme al sistema, por mucho que aproveche y vaya a un programa de máxima audiencia.
Es fácil ver el “mainstream” como lo fácil, pero no todo el mundo encaja ahí, ni vale, ni le interesa.
Nada es fácil. Todas las personas que tienen carreras largas es porque se lo han trabajado muchísimo. Hay que estar con el pico y la pala. Hay miles y miles de personas que hacen música, por lo que hay que ser muy trabajadora.
¿Alguna vez te has planteado seriamente llegar al público masivo?
No me importaría, pero es que no se puede gustar a todo el mundo. Y no pasa nada.
En los últimos tiempos, lo audiovisual influye mucho en la música que más se consume. Tus canciones suenan en pelis, docus o series como la reciente “Los años nuevos”, de Sorogoyen. Pero es que tú incluso has debutado como actriz…
Sí, Omar Ayuso, el actor, hizo su primer corto “Matar a la madre”, que lo tenéis en Filmin, y me propuso ser la protagonista. Fue una experiencia muy chula y lo volvería a hacer. Pero si está difícil la música, imagínate ahora ser actriz…
El 12 de abril estarás como cabeza de cartel del Kariña Fest, nuevo festival en Bilbao protagonizado por mujeres. ¿Qué te parece esta iniciativa?
Muy bien, porque, quieras que no, sigue habiendo un poco de discriminación a la hora de confeccionar los festivales, los cabezas de cartel y demás. Voy a ir con toda la banda y presentar allí el disco.
¿Qué te gustaría que pasara con este álbum?
Mantenerme ya me parece un éxito brutal. En un momento tan de consumismo y capitalismo bestial, que haya gente que siga escuchando mis canciones y viniendo a mis conciertos ya es un triunfo. No pido más.
